”Esto parece un tanatorio”
Sergio Ramos fue el jugador elegido por la Federación para atender a la prensa antes del debut en el Mundial. La elección del capitán no fue casual, sino que entendieron que era el que debía salir tras la destitución de Lopetegui. Prácticamente no se habló de Portugal y la rueda de prensa giró en torno a lo sucedido esta semana.
“Tenemos que pasar página lo antes posible, no han sido momentos agradables”, explicó el capitán, que recordó que “nuestra ambición sigue intacta, nada va a cambiar. No hay ninguna grieta en el vestuario, ahora estaremos más unidos y más fuertes”.
Argumentó Ramos que “en el fútbol cuando más se aprende es en los malos momentos, lo que ha ocurrido nos tiene que servir para estar más unidos y nada nos va a descentrar de nuestro objetivo”.Sergio Ramos recordó en varias ocasiones que “Julen ha sido parte de todo esto” y elogió el nombramiento de Fernando Hierro tras la destitución: “No había nadie mejor que él, es de los más idóneos, ya que nos conoce desde hace mucho tiempo”. El defensa de la selección destacó que “mantenemos la misma ilusión y el mismo sueño”.
Admitió que él sabía algo desde un primer momento, “ya que cuando eres capitán te toca saber más de la cuenta en algunas situaciones”, pero se desmarcó de las informaciones que apuntan que los capitanes presionaron a Rubiales para que mantuviera a Lopetegui en el cargo: “Nosotros nos quedamos al margen, las decisiones las toman las personas a las que les corresponde, los jugadores solo podemos hablar en el campo, que es donde nos gusta hacerlo. De las decisiones institucionales nos quedamos al margen. Mañana empieza un Mundial y seguir indagando en eso no sería bueno, lo que queremos es empezar con buen pie”.
Ramos destacó que “no me gusta perder ni al parchís”, respondió a las críticas tras la final de la Champions por su ‘affaire’ con Salah diciendo que “estoy muy tranquilo y se agarran a algo para ser más populares. Yo soy como soy, el que tenga duda que mire mi currículum”. Y se despidió de la prensa con una sentencia definitiva: “Venga, una sonrisa, que esto parece un tanatorio y mañana empezamos el Mundial”