Un buen fichaje
Sería saludable que la Real llevara a buen puerto sus negociaciones para fichar a Mikel
Merino en varios sentidos. El primero sería lograr la tranquilidad de haber cubierto una de las prioridades de cara a la próxima temporada, la de reforzar un centro del campo mermado por la ausencia de Xabi Prieto. Además, el salir airoso de una batalla con equipos como el Athletic o el Betis, llamados a pelear por parecidos objetivos que los txuri urdin, también supondría un buen golpe encima de la mesa. Pero por encima de todo está la calidad de un futbolista que experimentó su eclosión en aquella temporada en la que ascendió con Osasuna -especialmente en el playoff de ascenso- y que ha brillado con la selección Sub-21. Sus dos años en el Borussia Dortmund y el Newcastle, con escasa participación en ambos, le habrán servido para madurar y adquirir experiencia y, desde luego, le han impulsado a desear jugar en la Liga española. Es un futbolista que puede jugar en varias posiciones del centro del campo, con buen pie, visión de juego y poderío físico y aéreo. El centro del campo ya está nutrido de buenos futbolistas (Illarra, Zurutuza, Zubeldia, Pardo, Guevara...), pero quizá no haya ninguno con las condiciones de Merino. Por eso se han volcado en su contratación. Eso sí, si lograran su contratación, vendría con la condición de fichaje estrella, por lo que habría que pagar por él y por la ficha que habría que asignarle, cuando es del mismo año de Mikel Oyarzabal y Zubeldia, más joven, por ejemplo, que algunos de los ‘potrillos’ que harán la pretemporada con el primer equipo. Aparte de un centrocampista de recorrido y calidad, la Real necesita velocidad en el ataque, necesidad acuciante desde que se fue Griezmann