Diego Costa se tatúa el ‘9’
1- El hispano-brasileño firma un partidazo y despeja las dudas 2- Es el crack de los balones sucios pero se pelea hasta con su sombra
Llegaba la selección española dudando sobre quién era el ‘9’ que podía llevar a la Roja hasta la final del Mundial y sin un goleador confirmado parecía imposible lograr el sueño de conquistar la segunda estrella. Diego Costa era ese tipo de futbolista que acababa poniendo nervioso hasta el apuntador, no se asociaba, se le veía sufrir con los pequeños. Costa era perfecto para la selección uruguaya, un equipo más marrullero, pero con la Roja. Ay, es que habla otro idioma. No, no es que su lengua materna sea el portugués, era el lenguaje de los jugones, esos que visualizamos en la figura elegante de Iniesta y Silva, de futbolistas como Isco, ese tipo de fútbol que tiene poco que ver, por ejemplo con el del Atleti. Ahí si pega Costa. Para Simeone es el futbolista ideal, porque se pelea hasta con el apuntador. Si se descuida Diego se pasa el partido abroncando al banderín de línea. Si no le calma se pelea con su sombra. Pero con la Roja, es como que no pega.
Pero en el debut de la selección en el Mundial, en el momento de la gran decisión, Diego Costa mandó un mensaje claro: me tatúo el ‘9’ en la piel, esa camiseta es para mí. Porque no es sólo que marcase dos goles, importantísimo, es que además demostró que se entiende con sus compañeros, que puede que su fútbol sea distinto pero es efectivo. Así que se acabó el debate en el primer partido y esto es lo mejor del debut. Una Copa del Mundo se conquista con un gran delantero... y un buen portero. Medio Mundial solucionado... el otro medio que se lo piense Fernando Hierro aunque conociendo al seleccionador cerrará filas entorno a De Gea, lo mimará, hará que el grupo lo proteja y será su titular el próximo encuentro ante Marruecos.
El primer gol de Diego Costa fue uno de esos de ‘yo contra el mundo’, a trompicones, dejándole un recadito a Pepe para que no se emocione, sentando a uno y a otro, que para eso es brasileño y definiendo como pocos. Un gol sucio al inicio y vitoreado en la conclusión. En el segundo es donde se saca la espina esa de ‘no se entera’ porque vaya si vio donde la colocaría Busquets. Atento, concentrado, luchador, entregado. Con el ‘9’ tatuado en la piel