Una apuesta estratégica
Mikel Merino se convertirá en las próximas fechas en jugador de la Real Sociedad. Será, tras el de Carlos Vela yelde Asier Illarramendi, el tercer fichaje más caro de la historia del club. Tiene sólo un año más que Oyarzabal y no ha conseguido triunfar ni en el Borussia Dortmund ni en el Newcastle, pero se trata de uno de los centrocampistas con mejor proyección del fútbol estatal. No en vano es un fijo en la Sub-21 y en Osasuna demostró un talento que le valió para marcharse directamente a la Bundesliga desde Segunda División. La Real apuesta fuerte por él y con su contratación marca una línea estratégica más que interesante: la de acudir decididamente a por los buenos jugadores vascos y navarros, como lo hiciera otrora. En ese camino es obvio que se encontrará el Athletic pero, como ha quedado acreditado en este caso, al club rojiblanco también se le puede ganar porque la Real ofrece cosas que al otro lado de la A-8 no pueden dar: por ejemplo, la posibilidad de salir en un futuro, cuestión que en Bilbao ponen a precio prohibitivo. Fichando a un centrocampista de Pamplona, contrata, más allá de sus cualidades futbolísticas, a un jugador que sabe lo que es la Real, que no necesita adaptación y que tendrá a su familia al lado en su nueva aventura y eso facilita las cosas a cualquiera. Además, parece mucho más sencillo acertar cuando uno va a por uno de esos jugadores por los que han suspirado varios equipos de la Liga durante el mercado. Mikel Merino, sin ser aún un futbolista consolidado en la élite, es un jugador de futuro y, sobre todo, una contratación que ilusiona y que, después del carrusel de técnicos contratados para el sinfín de cargos diseñados por Olabe, pone al fin un nombre sobre el verde y, en este caso, un nombre que suena muy bien