Una portería superpoblada
Aunque la Real negará la mayor y se cerrará en banda en su teoría oficial de que no se moverá en el mercado para buscarle una salida a Gero Rulli, el agente de
Aitor Fernández recibió hace unas semanas una llamada de Roberto Olabe interesándose por el portero de Arrasate. A partir de que el club txuri urdin oficializó la contratación de Luis Llopis como entrenador de porteros del primer equipo, esa llamada al meta del Numancia adquirió una mayor verosimilitud por la fe que el preparador de Hernani tenía en Aitor en el tiempo en el que coincidieron en Bilbao. Si la Real no tuviera en mente hacer algún movimiento en su portería, no tendría ningún sentido que hace nada se pusiera en contacto con un guardameta altamente valorado por uno de los máximos responsables, ahora, de su departamento de guardametas. Otra cosa es que no lo pueda admitir, por no devaluar la salida de Rulli. Y otra cosa, aún más complicada, es cómo van a lograr provocar un movimiento tan complicado cuando, además, el salario del guardameta argentino sube la próxima temporada respecto a lo que ha percibido en la actual. El portero no tendrá prisa para moverse, salvo que alguien le explique claramente que no jugará, algo que no está nada claro, ya que Garitano será el que elija y está en todo su derecho de optar por Rulli. Dicho todo esto, si la Real entiende que un fichaje como el de Aitor es interesante o incluso que hay que hacer hueco para que algún portero de casa, y Zubiaurre es el primero de la fila, tenga una oportunidad, debería de tener el valor para afrontar el escenario. La confianza en Rulli se quebró de manera muy importante la pasada temporada, al punto de fichar a otro portero sobre la marcha, y ése no es un camino que se desanda fácilmente