Dzyuba, un goleador tamaño gigante
Si hay un jugador que la afición rusa adore es, sin duda, Artiom Dziuba. Un futbolista que lo deja todo en el campo, que se pelea, literalmente, con sus marcadores y que está metiendo goles. Es una apuesta personal del técnico, que le conocía del Spartak, su club, y que le ha ido a repescar al Arsenal Tula, un modesto equipo de la Liga rusa al que le envió el Zenit, nada contento con su rendimiento y comportamiento; el técnico del conjunto de San Petersburgo, Roberto Mancini, ahora seleccionador italiano, no quiso verle más en su plantilla. A sus 29 años, el Mundial le ha permitido tomarse una revancha con todos aquellos que no confiaron en él. Ante España, la defensa de la Roja hará bien en estar pendiente de él.
Dziuba empezó en el banquillo en el partido inaugural ante Arabia Saudí. Entró en la segunda parte y marcó el tercer gol de Rusia. Y no sólo se benefició el equipo con su entrada, sino especialmente, Denis Cheryshev, que así tiene un referente que fija las defensas, permitiéndole una mayor libertad. Denis explicaba que “el trabajo de Artiom es muy importante para nuestro juego de ataque: mete goles, fija la defensa y promueve segundas jugadas con sus dejadas de cabeza o con el pie, juega bien de espaldas y te da el balón en ventaja. No es nada fácil quitarle la pelota”.
Fabio Capello, el ex seleccionador ruso, explicó a MD que “Dziuba engaña: con su envergadura parece que es un ‘9’ que sólo va al choque, un rematador que utiliza su altura y fuerza física en los remates de cabeza. pero no se engañen. Tiene una buena técnica y se maneja bien en espacios cortos con ‘paredes’ rápidas. Si le dejas girar y encarar a portería estás listo”.
Cuentan que su gran problema es mantener la forma. Mide 1,94 y pesa 89 kilos Y ahora está a tope gracias a la gran labor del preparador físico de Rusia, el español Paulino Granero.
Dziuba no era ningún desconocido en el fútbol ruso. No en vano iba a ser convocado por Rusia para la Copa de las Confederaciones 2017, pero una lesión se lo impidió. Otra cosa es que se dejara ir en los últimos tiempos en el Zenit. Baste recordar el partido que le dio más fama en las eliminatorias previas para el Euro 2016 de Francia. Tuvo una noche redonda ante Liechtenstein. Le metió cuatro goles, provocó un penalty y dio una asistencia en un 7-0 que encaramó a los rusos a lo alto del grupo. Lleva 13 goles en 26 partidos con la Rusia.
Dziuba nació en Moscú hace 29 años y ha sido un trotamundos del fútbol ruso. Se formó y destacó en el Spartak de la capital, pero a los tres años de jugar con altibajos, la dirección técnica lo envió al Tom Tomsk de Siberia, un auténtico destierro a miles de kilómetros de Moscú. Allí acabó la temporada de 2009 para volver al Spartak. Y, de nuevo, en la temporada siguiente fue cedido en los últimos meses de campeonato de nuevo al Tom Tomsk, más como un castigo que otra cosa. Pero esta vez se lo tomó en serio y metió 11 goles. Fue repescado a final de campeonato. Al fin pareció que el Spartak confiaba en él y permaneció dos temporadas en Moscú.
Más tarde
debió buscarse la vida en Rostov y, de nuevo, se repitió la historia: cesión, vuelta a casa y cesión. Finalmente el Zenit de San Petersburgo le fichó en 2015 y permaneció allí hasta esta temporada.
Artiom Dziuba cree que “el secreto para que podamos vencer a España el domingo pasa por lograr una comunión entre los aficionados y el equipo como en la inauguración, frente a Arabia Saudí. Estuvieron fantásticos. Nunca dejaron de animar y eso ayuda porque será un partido complicado por la calidad de los españoles, con los que ya he jugado a nivel de club con el Zenit. Pero confío en nuestro equipo y jugamos en nuestra casa”
Cherchésov lo ha repescado del modesto Arsenal Tula, donde lo castigó el Zenit