Gran competitividad de los eliminados
Una de las herencias que dejará este Mundial es la competitividad de todas las selecciones. El mejor ejemplo es que las que llegaron al último partido ya eliminadas consiguieron al menos puntuar en su encuentro de despedida. A saber. En el grupo A, Arabia Saudita ganó a Egipto, ambas desahuciadas, el partido de la honrilla. En el B, Marruecos le arrancó un punto a España y confirmó las buenas sensaciones ofrecidas ante Irán y Portugal, cuando había cosechado dos derrotas no merecidas.
Otro tanto se puede decir de Perú (C). Su buen juego sin fruto ante Francia y Dinamarca, encontró en el último partido la recompensa de la victoria ante Australia. También Costa Rica (E) llegó sin opciones al tercer encuentro, pero tuteó a Suiza hasta arrancarle un empate que podía haber sido perfectamente una victoria.
¡Qué decir de Corea! Llegó al envite con los billetes de vuelta sacados y se llevó por delante a la mismísima Alemania, a la que adelantó incluso en la clasificación del grupo. Los campeones del mundo fueron farolillo rojo.
Hasta Polonia dio lo mejor de sí cuando estaba de vacaciones. Tanto que a punto estuvo de hacer con Japón lo que Corea del Sur hizo con Alemania. Se salvó la selección nipona por el fair-play y en su caso sí que estará en octavos