El gran reto de Olabe
Roberto Olabe era una de las obsesiones de Aperribay prácticamente desde que accedió al cargo. A la segunda ha conseguido el diagnóstico del gasteiztarra, que después de analizar el funcionamiento de Zubieta durante sus primeros meses en el cargo, ha puesto las herramientas que considera oportunas para sacarle mayor provecho a la estructura. Cree que la fábrica realista funcionaba bien, pero aportará su propio matiz rodeándose, fundamentalmente, de gente de su confianza, a quien conoce de su etapa en la Academia Aspire. El tiempo dirá si acierta o no con la reorganización que está llevando a cabo en Zubieta, pero en algunas cuestiones parece haber dado en el clavo. No puede ser más certera la apreciación de que la Real es un club “endogámico” y desde ese punto de vista seguro que se enriquece de diagnósticos externos como los que pueden traer consigo las personas que ha traído para emprender este viaje. También resulta tranquilizador que este importante desembarco de capital humano venga con un contrato de dos campañas, de cara a no dejar hipotecado el club para quien venga detrás. Hasta que no lleguen los resultados no se podrá enjuiciar el trabajo de Olabe pero, al menos por ahora, pese a que algo de revolución sí que tiene lo que está llevando a cabo aunque lo niegue, su método no parece una ruptura radical con el pasado. Sería un error en lo que a la metodología de Zubieta se refiere, puesto que los resultados de jóvenes que alcanzan el primer equipo hablan por sí solos. Quizá su gran reto esté en convencer al próximo Odriozola de que no hay nada mejor que seguir en la Real. Vender canteranos por casi 150 millones es síntoma de buena salud en Zubieta, pero lo mejor sería que siguieran en casa