Croacia es el equipo que mejor compite
Fue épico. Mandzukic marcó el gol más importante de su carrera y de la historia futbolística de Croacia (hasta ahora) un día después de que Cristiano Ronaldo fichara por su equipo, la Juventus. Ese tanto metió a un país de cuatro millones de habitantes en la final del Mundial que se jugará el domingo ante Francia. Rakitic, Modric, Corluka o Lovren, que fueron refugiados del conflicto yugoslavo, celebraron ayer, en la Rusia que apoyó a Serbia en la guerra de los Balcanes, un día histórico.
Inglaterra se quedó a las puertas, después de que muchos periodistas vincularan su éxito a Guardiola oa Pochettino. Ni uno ni otro, los ingleses cayeron con poco fútbol y más desfondados que los croatas que jugaron tres prórrogas consecutivas. Se medirán ante Francia habiendo disputado 90 minutos más. Pero el papel de los ingleses fue notable. Llegar a semifinales, como hizo Bobby Robson en 1990, es un éxito que hay que otorgar a Gareth Southgate ,el entrenador que logró que se amentaran las ventas de su chaleco un 35% y que los periódicos ingleses realizaran promociones con esa prenda.
Nadie esperaba el éxito de Croacia en este campeonato. Han sido los que han competido mejor. Es el triunfo de una generación liderada por una pareja de lujo: Rakitic-Modric. Ayer brillaron, pero también apareció un excelente Perisic, ayer MVP, y, como siempre, el meta Subasic en este Mundial en el que han destacado grandes porteros. Los croatas se vieron sorprendidos en la primera parte, pero en la segunda sacaron su mejores armas: control del mediocampo, y velocidad punta delante.
Ahora esos jugadores que ganaron a Argentina de forma clara (Messi solo ha perdido ante los dos finalistas) y que jugaron tres prórrogas para meterse en el último partido van a revalorizarse en los mercados, mientras el partidismo va a luchar para que Rakitic o Modric puedan llevarse el Balón de Oro, algo solo reservado si ganan la final.
Los croatas pueden estar satisfechos de su selección y de su presidenta que ayer volvió a animar a su equipo, como ha hecho siempre pagando los billetes en turista y descontando los días no trabajados de su sueldo como presidenta del Gobierno. Habla siete idiomas y el domingo volverá a ponerse la camiseta mágica