La Jarra más cara y deseada
Carnoustie acoge un British muy abierto, que permitirá estrategias de juego agresivas y vivirá un duelo Europa-USA, preludio de la Ryder
Un links que nada tiene que ver, por la sequía que ha vivido Gran Bretaña los dos últimos meses, con el que acogió las ediciones de 2007 y 1999 (durísimas, mojadas, con viento); el regreso al Open del ex nº1 mundial Tiger Woods; la vuelta a Carnoustie, con ganas de redimirse, de Sergio García; la pegada que pueden exhibir Jon Rahm y el actual nº1 mundial Dustin Johnson; el poder que está demostrando en los últimos ‘majors’ el golf americano (Spieth, Thomas, Reed, Koepka); la pujanza de los europeos (Rose, McIlroy, Casey, Poulter, Fleetwood, Molinari, Stenson...) ante la Ryder Cup que llega en dos meses...Grandes alicientes para la 147ª edición del British Open, el Grand Slam más antiguo en un rincón de Escocia cuyos primeros vestigios de golf datan del siglo XVI (1560).
Spieth fue el último ganador de dos ‘grandes’ un mismo año (2015); Sergio, el último europeo campeón de ‘major’ (2017) de los últimos cinco; Patrick Reed, vigente chaqueta verde, puede coronar una serie de nota en Carnoustie ya que fue 2º en el US PGA de 2017, campeón en Augusta y 4º en el Open USA. “Hay cinco mil maneras diferentes de jugar este campo”, afirma el estadounidense sin cortarse un pelo. “Si pegando el drive me quito los bunkers de enmedio tengan por seguro que lo jugaré siempre. Mi estrategia será agresiva”, apunta el nº1 Dustin Johnson. “Jugar el Open requiere sensaciones e imaginación, por eso hice un ‘break’ la semana pasada, para recuperarlas”, destaca Spieth, orgulloso de devolver la Jarra de Plata al R&A.
“Es una bendición poder volver a competir en Escocia. Siento que entiendo mejor mi juego, mi cuerpo y mi swing”, afirma un renovado Tiger Woods. Con 42 años y 20 participaciones en el British (triunfos en 2000, 2005 y 2006), junto a Phil Mickelson, 48 años, 25 participaciones y una victoria en 2013, son los veteranos de una legión yanqui poderosa.
¿Y los españoles?. Jon Rahm no sabía que Seve Ballesteros jugó su primer Open Británico en 1975 en Carnoustie, links en el que 32 años después el malogrado genio de Pedreña anunció que se retiraba de la competición. Sí sabía perfectamente el nº5 mundial, de 23 años, que en 2007 el golf español acarició la posibilidad de conquistar la cuarta jarra de plata de su historia por medio de Sergio García.
El castellonense, quien no tuvo el debut deseado como profesional en la edición de 1999 y había salido en el último partido con Tiger Woods en 2006, en Hoylake, tuvo un putt de tres metros para alcanzar la gloria hace 11 años, lo falló, fue a playoff y cayó derrotado ante el irlandés Padraig Harrington, quien por cierto revalidó título en 2008. En 2014 Sergio volvió a tener serias opciones y ahí se topó con un inconmensurable Rory McIlroy.
“Sergio tiene un buen recuerdo entre comillas de este campo. Y el golf español tiene una espina clavada. Se nos robó un British Open aquella semana”, sostiene Rahm, consciente de lo que supone para España todo lo que concierne y rodea al tercer Grand Slam del calendario. Jon no esconde que le encantaría que su primer triunfo en uno de los ‘grandes’ fuera en el Open. “Si pudiera elegir ojalá fuera en el British Open, la cuna del golf”.
Han pasado más de 4.000 días desde que Sergio García acarició la Jarra. “Carnoustie no me debe nada. ¿Si cambiaría ahora la lectura de aquel putt en el hoyo 18 para ganar el Open? Hombre, ahora mismo lo cambiaría y lo tiraría más recto… (ríe) Pero la bola salió hacia donde tenía que salir según yo lo veía, si te refieres a eso, el putt salió como yo tenía pensado, pero no cayó nada. Once años después sigo esperando a que caiga ese putt”. Sergio habla tranquilo y relajado en la víspera de su 22º British, donde ha conseguido diez top ten y dos segundos puestos. Lo hace con “mejores sensaciones que hace un mes, sin ninguna duda. Colonia y Francia estuvieron muy bien, y hay que seguir así”, concluye