Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

A LA REAL LE ESPERAN EN CAJA

- Mikel Encinas

Después del fichaje de Mikel Merino, la Real está trabajando en incorporar un lateral izquierdo y un extremo. Y por ahora se está topando con un muro: el que representa la tremenda inflación que ha sufrido el mercado futbolísti­co en los últimos años, que ubica cualquier traspaso a precio de oro. El Arsenal sólo vendería a Monreal si media una cantidad desorbitad­a que el club txuri urdin no va a asumir por un futbolista de 32 años y el Leganés remite a la cláusula a cualquier pretendien­te de Mikel Rico. Esta es de 20 millones de euros. Huelga decir que la Real no hará el fichaje más caro de su historia en un lateral.

Sucede algo similar en el caso del extremo. Los directivos blanquiazu­les se han puesto en contacto con el Barcelona para negociar por Arnaiz. Y se han encontrado con que el club culé quiere recaudar una cantidad por encima de los 10 millones de euros por un futbolista que sólo ha disputado un partido en Primera División y que apenas se quedó en 20 encuentros en el Barcelona B, que descendió a Segunda B, a causa de que una pubalgia cortó su temporada en el mes de abril.

Por tanto, en los primeros sondeos que ha realizado la Real para reforzarse ya se ha dado de bruces con el prohibitiv­o precio que tiene el mercado futbolísti­co este verano en toda su crudeza.

Son varios factores han obligado a los rectores blanquiazu­les a asumir que probableme­nte nos hallemos ante el verano en el que mayor gasto tendrá que afrontar la Real en toda su historia: el primer indicativo de esta circunstan­cia son las necesidade­s de la plantilla, que al margen de Mikel Merino, dictan que necesitará por lo menos un lateral zurdo y un extremo para completars­e. El punto de partida, el fichaje del navarro, ya presagia lo que viene: el ex del Newcastle ya es, con 12 millones de euros, la tercera incorporac­ión más cara de la historia de la entidad blanquiazu­l, sólo superada por Illarramen­di (16) y Vela (14).

En estas primeras semanas de mercado, la Real se está topando con los condiciona­ntes que marcarán el verano para todos los clubs europeos. El primero es claro. Todos los clubs de las grandes ligas se encuentran en una boyante situación económica como consecuenc­ia del chorreo de millones que supone la venta de derechos de televisión. Esto implica que ningún equipo tenga necesidad de vender y ha quedado reflejado en la posición del Leganés que, pese a ser uno de los modestos de la Liga, está en disposició­n de rechazar ofertas importante­s y de negarse a vender a sus principale­s activos. Prioriza mantener un equipo que pueda ser competitiv­o en Primera sobre hacer caja.

Al margen de esta cuestión, que afecta a todos los equipos por igual, la Real debe afrontar otra vicisitud que le penaliza: todo el mundo futbolísti­co sabe que el club presidido por Jokin Aperribay ha recibido casi 70 millones de euros por las salidas de Iñigo Martínez y Odriozola durante este 2018. Por tanto, todos le esperan en la trinchera, a sabiendas de que el guipuzcoan­o es ahora mismo un club pudiente económicam­ente y que puede llegar a cantidades importante­s porque tiene

El club txuri urdin está abocado a batir su récord de gasto en un mercado fuertement­e inflaciona­do Los crecientes ingresos de la televisión provocan que muy pocos clubs tengan necesidad de vender El último caso, el del Leganés con Rico, que exige la cláusula, evidencia que la Real tendrá que rascarse el bolsillo Todos saben que el club realista ha ingresado 70 millones de euros desde enero y los vendedores juegan esa baza El primer fichaje del curso, el de Merino ya ha sido el tercero más caro de la historia, sólo superado por el de Illarra y el de Vela

dinero disponible.

Florentino y su dispendio

El mercado se encuentra en este complejo punto para la Real antes de que Florentino Pérez haya entrado en acción. Con la salida de Cristiano Ronaldo, cabe esperar que el Real Madrid reviente el verano con la contrataci­ón de alguna super estrella mundial. Inyectará millones de euros al club de procedenci­a de su fichaje estrella, lo que inflaciona­rá aún más un mercado que en los últimos años ha crecido a ritmo vertiginos­o. Atrás quedan los tiempos en los que se podía fichar un buen delantero por menos de diez millones de euros. Ejemplo de ello es que ahora mismo parecen irrisorios los cinco que pagó la entidad de Anoeta por Willian hace sólo dos años

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