SAGAN EL IMPARABLE
Peter Sagan logró la tercera victoria en la presente edición del Tour y se adueña más del maillot verde Día de transición para los favoritos tras la exigencia alpina, a la espera de la dureza de la etapa de hoy
Se cumplió el guión previsto y la 13ª etapa del Tour de Francia, de 169,5 kilómetros, entre Bourg d’Oisans y Valence, se decidió a la suerte del sprint, como era más que previsible. Cierto es que podía plantearse la posibilidad de que cuajara la primera fuga de este Tour, pero el recorrido no era el más propicio, con unos kilómetros del todo llanos, sólo salpicados por dos cotas de 4ª y un sprint especial, y presidido en el desenlace por largas rectas, amplias rotondas y algunas curvas que no representaron ningún problema para los corredores.
La jornada empezaba con nueve corredores menos que la anterior tras el cúmulo de bajas de la 12ª etapa, en la que había mayoría de sprinters –André Greipel (Lotto Soudal), Fernando Gaviria (QuickStep) o Dylan Groenewegem (LottoNL-Jumbo)– y un peso pesado del pelotón como Vincenzo Nibali (Bahrain-Merida), tras la fractura de una vertebra que sufrió en la caída de la ascensión a Alpe d’Huez. La ausencia de los tres hombres rápidos mencionados, con cuatro victorias en sus piernas, más la ya conocida de los también sprinters Marcel Kittel (Katusha-Alpecin) y Mark Cavendish (Dimension Data), dibujaba una ocasión perfecta para que Peter Sagan sumara su tercera victoria en la 105ª edición del Tour de Francia y, aunque al final fue muy ajustada ante la persistencia de Alexander Kristoff, el tres veces campeón del mundo no falló.
Gilbert buscó la sorpresa
La jornada tuvo su intento de escapada –Tom Scully (EF Education First), Thomas de Gendt (LottoSoudal), Michael Schär (BMC Racing Team) y Dimitry Claeys (Cofidis)–, de los que sólo el suizo Schär, el rodador más infravalorado del pelotón según su compañero Richie Porte, persistió en un intento que no iba a fructificar de ninguna de las maneras, siendo neutralizado por el pelotón a 5,7 kilómetros de meta.
A partir de aquí los equipos de los hombres más rápidos que quedan en el pelotón buscaron acelerar la carrera, estirar el grupo a 65 km/h, para llevar a sus a sus hombres más rápidos a una posición de privilegio en la disputa del sprint. No obstante, Philippe Gilbert (QuickStep) quiso sacar tajada de las dudas que se generan siempre en el último kilómetro. El belga arrancó como un toro, pero por más que lo dio todo fue superado a menos de 200 metros de meta, donde ya se veía bien colocados a Arnaud Démare (Groupama-FDJ), Alexander Kristoff (UAE) y Peter Sagan (Bora).
El primero en saltar fue el galo del FDJ, a su rueda el campeón de Europa Kristoff, pero el más listo fue una vez más Peter Sagan.
Kristoff maldice su suerte
El rey del maillot verde sacó tajada del esfuerzo de Kristoff y acabó imponiéndose por un suspiro y un poderoso golpe de riñones, ante el enfado de Kristoff, desesperado ante la superioridad de Sagan. Era su 11ª victoria en el Tour desde que debutara en el 2012, igualando los 11 éxitos de André Greipel (Lotto Soudal) y quedándose a tres de los 14 de Marcel Kittel (Katusha-Alpecin)
Por su parte, los favoritos cumplieron el expediente después de la dureza alpina y antes de afrontar hoy otro día complicado en la oficina, con 105 kilómetros finales de vértigo, con cuatro cotas puntuables y el final exigente en Mende
1 DESCAFEINADO Ante la ausencia de muchos sprinters Peter Sagan lo tuvo relativamente fácil para imponerse
2 DÍA DE TREGUA Los mejores clasificados de la carrera minimizaron los riesgos en una jornada de transición
3 LO ESPERADO El diseño de la etapa dibujaba un final al sprint y el pronóstico se cumplió