“CUANDO MURIÓ MI MADRE SUPE REALMENTE LO QUE ERA UN ABRAZO”
La fundación de Ricky Rubio, ‘The Ricky Rubio Foundation’, ya está en marcha y eso es una buena noticia, sin duda. El actual base de Utah Jazz la presentó este pasado jueves en el NBA Café de Barcelona en un acto público en el que el recuerdo de su madre, Tona, que falleció por un cáncer de pulmón hace dos años, estuvo muy presente. Ricky visitó Mundo Deportivo por primera vez en su vida en el año 2006, cuando tenía 14 años de edad, y lo volvió a hacer este viernes. Por un lado, es evidente que es el mismo Ricky Rubio, pero por otro la sensación es que también es una persona muy diferente. Ha llovido mucho desde entonces, así que en esta ocasión y por primera vez no hablamos en ningún momento de baloncesto, sino de otras cosas, seguramente más importantes.
¿Cómo fue el proceso de crear su fundación y qué objetivos tienen?
Hace tiempo que tenía pensado abrir una fundación, pero no encontraba el momento. Tenía pensado iniciar el proyecto al final de mi carrera para poder tener tiempo, pero vi que se necesitaba ya. Nace de la ilusión que tengo por los niños y por mi deseo de ayudar a las personas que lo necesitan. Nace también por una situación personal. Mi madre sufrió un cáncer en 2012 y falleció en 2016, hace dos años. Una de nuestras últimas conversaciones fue sobre esto, sobre que las familias que tuvieran que pasar por ese mal momento pudieran tener un poco de ayuda. He visto que no sólo sufre el paciente, sino que toda la familia sufre. Me gustaría poder ayudar a todas esas personas. Así nace la fundación, ayudar a los niños y ayudar en lo referente al cáncer de pulmón.
¿Cómo puede ayudar exactamente la fundación a estas personas?
De muchas formas. En primer lugar, con recursos y dinero para apoyar la investigación, para encontrar, ojalá, la cura. Y luego también ayudando a esas familias que lo están pasando mal. Puede ser apadrinando a un niño que esté sufriendo un cáncer y darle durante lo que dura el tratamiento sorpresas o algo de ilusión o alegría, enviándole una camiseta firmada, un vídeo, que venga a ver un partido... no sé... cualquier cosa que le ayude. Se trata de conseguir que haya algún buen momento, porque yo me acuerdo mucho de cuando mi madre tenía buenos momentos y esos eran momentos maravillosos, era una alegría inmensa. También hay la idea de abrir una sala en un hospital en el que los niños estén haciendo quimioterapia, porque esa es una de las cosas que más me marcó, cuando acompañaba a mi madre a hacer quimioterapia y estaba allí horas esperando, aquellos momentos... Me gustaría que los niños que están haciendo quimioterapia también puedan tener un espacio donde poder jugar, la idea es intentar que ese niño pueda pasárselo un poco bien en un momento tan difícil. La idea es que sea una fundación un poco diferente, que todo el mundo pueda ser parte de esta fundación, desde cualquier persona que nos proponga un proyecto a cualquier tipo de ayuda puntual. No sé, igual no puedes aportar económicamente, pero igual eres pastelero y puedes llevar tres pasteles al mes a un hospital para celebrar el cumpleaños de un niño. Que cada uno aporte lo que pueda.
¿Puede explicar cómo fue su vivencia personal con el proceso de su madre?
Mi experiencia personal fue dura y a partir de ahí no me cierro sino que me abro para que la gente sepa que no está sola. Hay mucha gente que pasa por momentos difíciles y han de saber que es bueno llorar y mostrar debilidad en ese momento, porque es lo que sentimos. Se trata de temas que están entre la vida o la muerte y las otras preocupaciones... Un partido de baloncesto, que el trabajo no vaya bien, un examente que no ha ido bien... Ves que son preocupaciones que son tonterías. Si a partir de mi experiencia puedo ayudar a las personas que se encierran en sí mismas en un momento tan complicado y hacerles ver que no están solas... Realmente, hasta ese momento yo no supe lo que realmente era un abrazo, lo que yo necesitaba un abrazo. Cuando mi madre estaba pasando por ese momento y cuando falleció vinieron amigos y familiares a darme un abrazo de verdad y es cuando realmente noté el abrazo. Y creo que ahí cambió mi vida.
La escala de valores o de prioridades que tenía anteriormente vio entonces un vuelvo, se trastoca, valores que estaban más abajo subieron en esa escala y se convirtieron en prioritarios...
Muchísimo. Es un punto de inflexión en mi vida, un punto en el que vi muchas cosas y puse en valor muchas cosas. Ves que hay cosas del día a día que te preocupan... Y, ojo, que me siguen preocupando, no digo que ahora vaya por la vida sin preocupaciones, pero ya es con otro punto de vista.
Varios baloncestistas están muy implicados en labores sociales y humanitarias y, por ejemplo, recientemente hemos visto a Marc Gasol en mitad del Mediterráneo rescatando personas con Open Arms. ¿Cómo llegan a este punto de implicación social? ¿Cuál es el proceso personal que les lleva a dar ese paso?
Bueno, cada uno tiene su personalidad, pero, por ejemplo, a Marc Gasol le admiro mucho como persona. Él y yo hemos hablando mucho de proyectos que tenemos. Yo creo que la sociedad nos da algo, nos permite ser jugadores de elite y gracias a eso podemos llegar a triunfar profesionalmente, porque sin ellos no seríamos lo que somos. Y creo que eso lo tenemos que devolver. Mucha gente ha hecho o ha trabajado muchísimo más que nosotros, pero nosotros tenemos un reconocimiento mediático porque jugamos bien al baloncesto y salimos en la tele.. No somos más que otra persona por el hecho de jugar al baloncesto, pero es evidente que nosotros tenemos una ventaja y es que Marc va a salvar vidas y sale en todos los periódicos. Y Marc iba acompañado de tres personas más, pero se habla sólo de él. Si esa plataforma la utilizas para una buena causa es lo mejor que puede pasar. Tenemos que devolver a la sociedad y a la gente que nos apoya y nos sigue y nos elogia todo ese cariño que nos dan.
En la NBA también en los últimos años una tendencia a que los jugadores, algunos de ellos con tanto prestigio como LeBron James, se impliquen en temas sociales y que no sólo se dediquen a jugar al basket. ¿Cómo lo ve usted?
Me parece maravilloso, porque muchas veces se nos pone en una casilla en la que sólo eres jugador de baloncesto y sólo sabes hacer esto. Somos personas y tenemos nuestros fallos y nuestros aciertos, como todo el mundo. Y tenemos nuestras opiniones. Sí es cierto que tenemos un altavoz más grande por el hecho de jugar al baloncesto y tenemos que aprovecharlo para conseguir un mundo mejor. No sé, por ejemplo, una persona que dona sangre yo creo que está haciendo algo mejor que nosotros jugando un partido, pero se habla más del partido de baloncesto. Y se trata de aprovechar eso