Willian José, el nuevo Vela
Suena a lógico que la Real centre sus esfuerzos, en pleno verano, en reforzar el equipo, bien con fichajes que puedan dar un impulso de calidad, bien con aquellos jóvenes que sobresalieron en el Sanse y que ahora desean una taquilla en el vestuario del primer equipo. Para estos últimos es un momento clave. El club no se ha olvidado entretanto de guardar la ropa que mejor luce y en la presente ventana del mercado ha renovado a un pilar como Asier Illarramendi y a un joven cuyo valor cotiza al alza como Igor Zubeldia. Los dos movimientos son impecables. Los próximos objetivos en el mismo sentido enfocan a Zaldua y Willian José. Al lateral de la cantera poco le queda por demostrar en su camino de convencer de que sus facultades obedecen a las de un defensa que a la Real siempre le interesa tener en primera fila. Y si en Anoeta consiguieran capturar la totalidad de los derechos del delantero brasileño, habrán firmado una operación encantadora. El último gran ejemplo de lo que tiene que ser un extranjero en la Real es Carlos Vela. Verle en el Mundial significó citarse con la nostalgia y verificar que la gente futbolera de Gipuzkoa tuvo la inmensa fortuna de paladear su categoría. Sencillo en la vida y determinante en su proceder profesional, sin la opulencia que reina en el negocio, su comportamiento puede recordar al de un Willian José que ha rebasado las escépticas expectativas que se generaron cuando recaló en la Real hace dos años. Más que en las acepciones puramente deportivas, el envoltorio que les rodea les hace semejantes, lo que permite esperanzarse con que en la Real hay una estrella para rato. Nadie está libre de pecado, pero retener y renovar a Willian no parece descabellado. Ojalá