Mitxelo es la Real

37 años en el volátil y cada vez más frenético mundo del fútbol se asemejan mucho a la eternidad. Casi media vida, tiempo al que sólo personas como Mitxelo Olaizola son capaces de aspirar a pasar en un club que sienten como si fuera propio. Como si cada resultado fuera como la sangre que corre por sus venas. Al veterano donostiarra le quedan apenas nueve días como utillero de la Real. Entonces dejará atrás una encomiable dedicación de casi cuatro décadas al servicio de los futbolistas. En ingentes ocasiones se acepta el término que da nombre a su labor como una etiqueta burlesca: que si ‘Fulanito no vale ni para utillero’, que si ‘Menganito estaría mejor limpiando las botas’. Seguro que no es con el ánimo de menospreciar a nadie. Mitxelo ,en cambio, con su intachable comportamiento, habrá dejado por los suelos a la gente altiva que prolifera por su mundillo cada vez con mayor asiduidad. Lástima que el hermano de Julio -jugador y campeón de Liga con la Real- se jubile ahora, precisamente cuando Zubieta asiste a un trasiego de profesionales nunca visto en los últimos tiempos. Todos los nuevos, aquellos que aterrizan en la Real desde diversas latitudes, podrían absorber de Mitxelo todo lo que la Real representa. Conocer, en definitiva, qué es la Real. No estaría de más, ahora que el club viaja a un terreno desconocido, en plena transición hacia un ser más presuntamente vanguardista. Para defender sin altibajos un escudo es preciso mirar hacia delante tanto como necesario es conocer las costumbres que históricamente funcionaron. La gente viene y se marcha, pero Mitxelo Olaizola tendrá en sus oraciones cantidad de batallas porque él es la Real. Y la Real seguirá siendo siempre la Real gracias a gente como él