TAFALLA FUNDE A UNA PLANA REAL
Los txuri urdin sufren su primera derrota del verano ante el Zaragoza a pesar del gol de Juanmi Agirretxe disputa sus primeros minutos, la segunda unidad aguanta el 0-0 y la derrota llega con los titulares
La Real cosechó su primera derrota de la temporada ante un Segunda como el Zaragoza que fue superior en el horno de Tafalla. Por primera vez, Garitano dio más de 45 minutos a algunos jugadores, en concreto la segunda unidad, que, por lo menos, sin fútbol ni ocasiones, pudo mantener el 0-0 hasta ser sustituida. Con la entrada de los cracks, de las estrellas invitadas, el destino del encuentro parecía marcado, pero se torcieron los renglones, el choque se enloqueció y ahí sacó partido el equipo de Imanol Idiakez ante una Real todavía muy vulnerable en defensa. O se ajusta pronto o lo pasará mal en los primeros partidos, Ni los primeros minutos de Agirretxe ni el primer gol de Juanmi alivian cierta sensación de desazón, que sólo se compensará ganándole el sábado al Athletic en Gal.
El partido fue infumable desde el inicio, sin ritmo, sin ocasiones, con cero protagonismo realista. Las decenas de aficionados txuri urdin que tuvieron que soportarlo taladrados por el sol merecen cuanto menos una distinción del club. Unos supervivientes.
Entre la canícula, superior a los 30 grados, y la ausencia de jugadores capaces de marcar diferencias, los guipuzcoanos fueron una sombra en el campo de San Francisco, aunque quizá no sea ésa la definición más correcta porque las sombras eran preciados lujos en Tafalla en la tarde de ayer.
Meritorios en un 4-2-3-1
Garitano se decantó por un ‘once’ de meritorio, por la segunda unidad, especialmente del centro del campo hacia adelante. El entrenador, que se decantó por el 4-2-3-1, dio descanso a Merino, prescindió del recién retornado Januzaj y sentó a Illarra, Oyarzabal, Willian, Juanmi y Sangalli, una de la sensaciones de la pretemporada. El resultado fue una primera parte con el apartado de ocasiones y tiros a puerta desierto. Insoportable.
Visto el panorama, un Zaragoza liderado por el exrealista Ros y sin cinco ausencias vitales por lesión, se fue viniendo arriba y comenzó a hacer daño sobre todo por la pujanza de su lateral derecho, Benito, que machacó a De la Bella, y por los huecos que jugadores como Pep Biel y Medina encontraron a la espalda de los pivotes, Guevara y Pardo.
Héctor Moreno, tras un fallo en el control de Aritz, pudo hacer penalti a Raí, tras el quiebro de éste. Poco después, Igbekeme chutó a las inexistentes nubes de la capital de la Navarra Media un cuero bien servido por Benito y el cuerpo de Aritz impidió el gol de Raí tras un barullo en el área.
¿En la Real? Una jugada de Merquelanz -control orientado con el pecho, carrera y centro atrás-, las cabalgadas y un caño de Zaldua y nada más. La nada más absoluta. Tras el descanso, con los mismos protagonistas, la Real por lo menos
tomó el mando del encuentro y tuvo algún acercamiento, como un centro de Capilla que se había apoyado en Guevara.
Espejismo de reacción
Parecía que con los seis cambios del 62’ y los tres más del 70’, la Real cobraba algunas revoluciones y su juego más sentido, pero fue un espejismo. El Zaragoza ya se estaba estirando y marcó tras un evitable penalti de Kevin a Baselga, que materializó Javi Ros.
A la Real, con un esquema un tanto suicida de 4-4-2, con dos arietes y Juanmi y Oyarzabal abiertos a banda, no le quedaba otra que espabilar y lo hizo con la mejor jugada colectiva del encuentro, seis minutos después del 1-0. Kevin leyó perfecto el desmarque de Oyarzabal por la izquierda y el ‘10’ centró al corazón del área, adonde irrumpió Juanmi para poner el interior y anotar su primer gol del verano.
No obstante, ya con Agirretxe junto a Willian en punta, el partido se desbocó, los txuri urdin fueron a ganarlo y lo terminaron perdiendo. Pudieron anotar Juanmi ante el portero Ratón y Pardo, que disputó los 90 minutos y al que bloquearon un disparo desde dentro del área. Pero fue un canterano del Zaragoza el que explotó la fragilidad defensiva de una Real demasiado débil durante todo el verano. Carlos Vicente, que había salido un minuto antes, se coló por la derecha a la espalda del debutante Álex Sola, que había subido al ataque. El esférico llegó a Soro, que penetró en el área como en el salón de su casa un sábado por la tarde con la anuencia de Mikel Oyarzabal y batió fácil a Moyá.
Derrota y mala imagen de una Real que puede resarcirse en el derbi -que probablemente no será demasiado amistoso- del sábado en Irun. Es un buen día para emitir señales positivas y presentar ciertas credenciales porque la Liga ya se otea en el horizonte. Y en ella no se admiten pifias