Sopor veraniego

No es fácil dar con un plan peor que tener que jugar un amistoso en plena ola de calor en la Ribera navarra un 1 de agosto, después de haber entrenado por la mañana y después ya de un número elevado de sesiones acumuladas en las fatigadas piernas de los futbolistas. Los partidos de pretemporada son un mal necesario y como tal son afrontados por la mayoría de los futbolistas, por lo que no es extraño que deriven en un sopor absoluto como el vivido ayer en Tafalla, coronado además con la derrota ante el Zaragoza, la primera de Garitano. Pese a todos los atenuantes que se quieran colocar, nunca viene bien perder en verano frente a un rival de Segunda que afrontó el partido en parecidas circunstancias condicionales que la Real, y con menos calidad técnica en sus botas. El equipo maño le echó algo más de brío a la cuestión y eso le bastó no sólo para ganar sino para gobernar con solvencia un partido en el que la Real defendió mal, excesivamente pasiva en muchas ocasiones, y en el que tuvo muchos problemas para atacar, para sortear la presión al balón que realizó la escuadra de Imanol Idiakez. Sólo en los minutos posteriores a la entrada en el campo de la primera unidad pareció amagar la Real con reaccionar. Marcó un buen gol tras una gran acción entre Oyarzabal y Juanmi y el malagueño casi pone el 1-2 un par de minutos después. Ahí terminó el conato de reacción, que duró 13 minutos, de una Real que, además, perdió en los instantes finales un partido para olvidar. Ya queda un día menos para que empiece lo oficial, si bien el sábado en Irun convendrá dar otra cara porque por mucho calor que haga y mucha fatiga que acumulen las piernas, un partido ante el Athletic nunca es amistoso