Una petición clara

Una de las muchas y penosas restricciones, promocionadas por los departamentos de prensa de los clubs, que ya ha adquirido rango de norma en los últimos veranos en la Real es que el entrenador no ofrezca sus impresiones después de cada partido amistoso, en pretemporada. En el caso del actual verano, con Asier Garitano de entrenador, la cuestión roza la estupidez, si tenemos en cuenta que estamos ante un tipo que llegó con la intención de instaurar la bandera de la naturalidad en el día a día del club. Un deseo demasiado ambicioso, ya que, aunque algo ha logrado, colisiona de frente con todos los vetos, intereses y absurdos funcionamientos que mandan en el fútbol actual. Que los aficionados de la Real pudieran conocer qué piensa su entrenador de cómo va evolucionando su equipo a medida que lo va desarrollando con el trabajo veraniego debería ser un mandamiento sagrado para los que mandan en el club. No sólo con un tipo campechano como Garitano sino con todos los técnicos que pudieran pasar en un momento dado por Zubieta. Quizá lo que se busca, en aras de incidir en ese secretismo máximo que han logrado instaurar en este negocio al punto de que muchos de sus protagonistas tienen miedo a comportarse con cierta normalidad ante agentes externos como la prensa, por ejemplo, es que no exista el mínimo riesgo de que algún técnico pueda salirse del tiesto. No sé si cabe aplicar esa expresión a las palabras de Asier

Garitano en la entrevista que concedió a los afortunados compañeros de COPE, pero lo que quedó meridianamente claro es que el entrenador quiere dos fichajes más. Quedan 25 días para conocer si en el club están de acuerdo con esa visión del plantel que tiene el entrenador