Un melón sin abrir

La Real encajó ayer en Zarautz la tercera derrota consecutiva de la pretemporada. Las tres han tenido un relato diferente. Ante el Zaragoza se perdió por una evidente falta de atención, por no igualar el brío de los maños; ante el Athletic el equipo fue manifiestamente inferior en el juego y ayer los txuri urdin fueron incapaces de superar el repliegue intensivo del Alavés. Dos errores gruesos en el inicio de cada tiempo penalizaron al equipo y sus carencias para encontrar resquicios en el bien trabajado entramado defensivo de los de

Abelardo les llevaron a la derrota. No es cuestión de hacer saltar alarma ninguna, al fin y al cabo la Real ayer jugó con dos equipos diferentes cada tiempo y el Alavés se tomó el ensayo algo más en serio, con un ‘once’ más parecido al titular. Pero sí de constatar que cuando se pierden tres partidos seguidos, con guiones diferentes además, tampoco puede ser casualidad. Ayer habría bastado con que Juanmi marcara el postrero penalti -sigue sin entenderse porque no lanzan los especialistas, antes Prieto y ahora Willian- para evitar la derrota, por lo que no es tan llamativo el resultado como el envoltorio. Más allá de perder, a la Real le costó mucho llegar con gente y dominio del esférico al último tercio del campo y llamó la atención la posición, en más de un momento, de Willian José, casi ubicado como interior derecho y centrando balones al área. El brasileño debe ser uno de los ejes del juego y es cerca del área donde más daño hace. Hacerle sentir cómodo para que todo fluya debe ser una premisa fundamental. Los dos partidos en 24 horas en Alemania tampoco van a servir para solventar dudas por lo que la Real va a llegar al inicio de Liga con la misma incertidumbre que genera un melón sin abrir