22 maestrillos han tenido su librillo Los europeos y el ‘descendido’
La Real no ha sido ajena en el último cuarto de siglo al vaivén de entrenadores generalizado en el fútbol
Anoeta con pistas de atletismo era frío, pero su banquillo local fue incandescente por momentos. La Real no ha podido resistir, ha caminado por el último cuarto de siglo al compás de la globalización en el fútbol: poca paciencia con sus entrenadores.
22 en 25 años son muchos. Un técnico ni siquiera ha llegado a aguantar una media de temporada y cuarto al frente de la Real en los últimos cinco lustros. Un tiempo demasiado escueto como para escribir un nombre en la memoria más selecta del club. Alberto Ormaetxea sí hizo historia en Atotxa. Con la mudanza a Anoeta, nadie ha sido capaz de emularle ni por asomo.
El primero en sentarse en la butaca local del estadio fue el galés John Benjamin Toshack, estrechamente ligado a la historia de la entidad, míster del equipo en tres épocas en Anoeta y campeón de Copa en el 87, mucho antes del trasvase. Una digna primera piedra. Hasta que las obras se han introducido de lleno en la imagen del campo, Imanol Alguacil es el último entrenador. El siguiente será otro guipuzcoano: Asier Garitano, ya con el aspecto del escenario modificado.
El oriotarra tiene el honor, junto a otro de la casa como Asier Santana, de ostentar el mejor porcentaje de resultados mientras vive Anoeta. Imanol ganó en el ‘rush’ final de la pasada temporada los cuatro partidos que computó en casa y el de Idiazabal sumó los tres puntos en la única noche que fue primer entrenador del equipo: 2-1 al Atlético de Madrid en la 14/15.
El técnico que más veces ha dirigido a la Real en Anoeta es Eusebio Sacristán (2015-2018). El vallisoletano superó in extremis, poco antes de ser cesado de su cargo, a John Toshack. El galés y el actual dirigente del Girona poco tienen en común por lo demás, dado el carisma del británico y el carácter más reservón que exteriorizaba Eusebio.
De los 22 entrenadores de Anoeta, siete han sido hasta el momento del extranjero. Uno de ellos, el austro-alemán Krauss, es quien más triunfos cosechó en una temporada entera como anfitrión. Dejó su impronta, ya que fue uno de los que llevó a la Real a Europa en la era moderna. Le imitaron Eusebio, Denoueix y Montanier. En el otro lado de la baraja está Miguel Ángel Lotina, el entrenador con el que descendió el equipo a Segunda en 2007. Los preparadores en la categoría de plata fueron: Chris Coleman, José Ramón Eizmendi, Juanma Lillo y Martín Lasarte.
Tanto el tolosarra como el uruguayo residen en las oraciones de la hinchada que desfila por Anoeta desde hace 25 años. A Lillo le cayó una botella en una noche fría de invierno, cuando la Real y el Eibar pertenecían al anonimato de Segunda. Fue una agresión involuntaria que no quedó impune. Un par de campañas después y ante un Anoeta enloquecido por el ascenso, Lasarte entonó el célebre “¡no se desunan!”. Ocho años antes, Raynald Denoueix rozó el milagro del título de Liga. Nadie le conocía y se convirtió en héroe
Eusebio superó in extremis a Toshack como técnico con más partidos en Anoeta
Dos de la casa como Alguacil y Santana se hacen acreedores al 100% de victorias
Denoueix rozó el milagro, botellazo a Lillo y Lasarte entonó el “¡no se desunan!”