Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

“HACE TRES AÑOS ESTO ERA IMPENSABLE”

Iraitz Arrospide Atleta guipuzcoan­o, plata en el Europeo de Berlín

- J.L. Lorenzo Donostia

“El domingo viví algo único en mi vida con el logro de la plata. Todavía estoy con la alegría de lo vivido”

“El sueño final sería ir a unos Juegos Olímpicos, pero teniendo en cuenta que es muy complicado”

“Llegué a Inglaterra a acabar mis estudios, el proyecto de fin de carrera. No me vine por el atletismo”

Iraitz Arrospide (Billabona, 1988) vivió este domingo “un momento único” en el podio del Estadio Olímpico de Berlín con la plata colgada a su cuello. De vuelta a Sheffield, ciudad inglesa en la que reside desde hace seis años, el atleta guipuzcoan­o atiende la llamada de MD para hablar de un “día inolvidabl­e”.

¿Ya se cree lo que ha conseguido?

Lo estoy viviendo con mucha felicidad. El domingo viví algo único en mi vida. Todavía estoy con la alegría encima.

Hubo incertidum­bre sobre si podía subir al podio a recoger la medalla...

Fue un malentendi­do. Las chicas tuvieron un problema porque una de ellas no acabó la carrera y en la zona mixta, después de cruzar la meta, estábamos juntos chicos y chicas y nos dijeron que no podía subir, que solo iban a subir cuatro chicos. Nos quedamos todos bastante mal pero después de unos minutos me dijeron que había sido un malentendi­do y que sí podía subir, que todos los que habían terminado podían subir a recoger su medalla. Volví a estar más que feliz.

¿Le dio tiempo a pensar en algo o en alguien en el podio?

Pensar, poco. Antes de subir al cajón, en el camino por el que nos llevaron había música, la gente a los lados con las palmas para que les chocáramos las manos... Es algo increíble que no quieres que acabe. La sensación es ésa, que no quieres que acabe. En general, no pensé en nadie. Intenté vivir el momento y disfrutarl­o.

¿Se puede hablar de medalla inesperada?

Era un objetivo del equipo. Pensábamos que podíamos estar luchando por una de las tres plazas que nos darían medalla, pero para mí personalme­nte acudir al Europeo ya fue algo increíble. No me puse a pensar mucho en la medalla antes de correr. Después, cuando acabamos y nos comunicaro­n que habíamos finalizado en tercer lugar, la alegría fue doble.

¿Cuántos años lleva trabajando para vivir algo así?

Son entrenamie­ntos muy exigentes porque es una disciplina bastante dura. La carrera de maratón tiene más de dos horas de duración y tienes que entrenar mucho. Además, en nuestro caso, tenerlo que compaginar con el trabajo y con ser padre es complicado, pero gracias a la ayuda que hay en casa y poniendo todos de nuestra parte es posible llevarlo a cabo.

¿A qué se dedica?

Soy ingeniero y estoy viviendo en Sheffield. Llevamos las costumbres que pudiéramos tener allí salvo los horarios. Se come y se cena antes, pero por los entrenamie­nto, también cenamos tarde. Llegué a Inglaterra para acabar mis estudios, el proyecto de fin de carrera. No me vine por el atletismo. Una vez aquí fui mejorando y al final decidí apuntarme a un equipo, tomármelo más en serio y en tres años hemos llegado donde hemos llegado.

¿Esperaba esto?

No. Cuando pensé en tomármelo en serio hace tres años no me imaginé para nada que acabaría llegando a un Campeonato de Europa y menos que volvería a casa con una medalla. Lo hubiera tildado de utopía. Pero el trabajo ha sido duro, he entrenado mucho y poco a poco, dando pasitos, hemos llegado aquí.

¿Y a partir de ahora?

Primero, un buen descanso y después, despejar la mente y volver a empezar a entrenar como antes para tratar de dar un pasito más si se puede. Aquí no hay mucho misterio: entrenar, entrenar y, poco a poco, intentar mejorar en las competicio­nes.

¿Cuál es el siguiente paso que pretende dar?

No lo sé. No sabría decir algo en cuanto a objetivos cercanos. El sueño final sería ir a unos Juegos Olímpicos pero teniendo en cuenta que es muy complicado. No deja de ser un sueño y para mí tampoco es un objetivo. Sé lo complicado que es eso. Y para mí, que no me dedico exclusivam­ente a esto, lo es todavía más. Pero son cosas que tienes en la mente y que te hacen día a día seguir intentando trabajar y dar esos pequeños pasos para llegar a lo más alto. Cosas que un día parecen imposibles al siguiente se pueden convertir en realidad con tiempo y sacrificio. Lo que hace tres años parecía imposible se ha convertido en realidad y por qué no soñar con ese reto que segurament­e no sucederá. Eso sí, intentarem­os llegar lo más lejos posible.

Por cierto, habitación exitosa la suya, ¿no?

Sí, me hizo muchísima ilusión la medalla que logró mi compañero Fernando Carro. Antes de esta concentrac­ión apenas había coincidido con él y ahora nos hemos conocido, hemos compartido habitación y que ganara esa medalla me hizo muchísima ilusión. Quieras o no, al final ese ambiente se contagia y te ayuda a dar lo máximo.

¿Cómo se desarrolló la carrera?

Hubo dos condiciona­ntes. El primero, el calor. En la segunda parte tuvimos cerca de 25 grados en el ambiente y eso para una maratón es mucho. Me di cuenta que el ritmo con el había arrancado era totalmente equivocado para el día que era. Eso provocó que después de los primeros cinco kilómetros, que los hice muy rápido, lo acabara pagando. Sufrí lo indecible y creo que llegué bastante dignamente, dentro de lo que cabe, a la línea de meta

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FOTO: EFE Iraitz Arrospide, en pleno esfuerzo durante el maratón de Berlín

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