LEO ROMPE LA MURALLA
Messi abrió la defensa del Alavés de falta directa con el gol 6.000 y Coutinho rubricó el triunfo antes de la puntilla del rosarino El brasileño fue el revulsivo ante un rival que plantó cara pero que no pudo evitar que el Barça le pasase por encima
Costó, pero el Barça, con un Messi una noche más extraordinario, echó abajo el muro del Alavés. El campeón arrancó en la Liga con un triunfo merecido ante un Alavés que aguantó algo más de una hora con mucho trabajo y disciplina. Pese a que costó en el primer tiempo, el conjunto barcelonista acabó pasando por encima del conjunto de Abelardo, que tuvo sus momentos en la oprimera parte pero se le hizo muy larga la segunda. El Barça, que tuvo la humildad de saber trabajar bien en defensa para evitar sustos al principio, maduró después al contrario y al final sentenció. Messi derribó el muro vitoriano de falta directa. Una más para la colección, pero no una cualquiera: supuso el gol 6.000 del Barça en la Liga. Leo fue una vez más el faro del Barça, con desborde, estrategia, visión de juego y liderazgo. Coutinho, revulsivo en la segunda parte, sentenció un marcador que el argenti no, con otra genialidad y demostración de clase a pase de Luis Suárez, remató al final.
Con los nuevos fichajes en el banquillo, quedó bastante claro que hoy por hoy, para Valverde, el once ideal está formado por jugadores de su primer año. En el caso del debut liguero, con Sergi Roberto en el centro del campo y Semedo como lateral derecho titular. Fue el Barça campeón, pero sin Iniesta.
Y de entrada faltó brillantez en un dominio del Barça casi constante. Es un partido que se repite sistemáticamente en un porcentaje muy alto de los visitantes del Camp Nou. El Alavés de Abelardo ejecutó ese conocido guión a la perfección: 4-5-1 en defensa, sin dejar apenas espacios, para salir por las bandas tras cualquier recuperación. Varias veces Ibai o Jony buscaron al punta, Sobrino, que creó algún problema a Piqué y Ter Stegen, que resolvieron con acierto. El conjunto azulgrana, con los laterales muy avanzados pero bien protegidos defensivamente por Sergi Roberto y Rakitic, empleó pases largos para mover el balón de lado a lado y obligar a la zaga alavesa a abrirse. Sin embargo, el Alavés no perdía la compostura.
Hasta bien entrado el partido, el Barça dominó sin ocasiones claras. Sólo un balón cruzado de Messi, un pase para la subida de Jordi Alba que remató al lateral de la res o un chut lejano del argentino. Siempre Messi. Hasta que él mismo buscó una falta en su ubicación y distancia preferidos: cerca de la frontal, algo escorado a la derecha del ataque. El tiro fue al larguero y después cayó justo frente a la línea de gol. Un minuto después, Dembélé, tras combinar con Leo, se plantó solo ante el meta, pero falló. Y todavía Suárez y el francés, tras combinación con Alba, desperdiciaron dos buenas ocasiones antes del descanso.
Coutinho, revulsivo
Coutinho fue el revulsivo para el segundo acto. Desplazó a Sergi Roberto al lateral derecho y el Barça multiplicó su intensidad. El Barça monopolizó el balón incluso más y al Alavés se le empezó a hacer todo más largo. Alba se internó hasta boca de gol y casi supera a Pacheco, pero por muy encerrado que estuviese el Alavés el muro tardó una hora en caer. Aguantó hasta que Messi fue objeto de una nueva falta al borde del área, clarísima. Se la hizo Duarte, que le zancadilleó después de haber driblado a dos defensas. Esta vez la tiró por bajo y barraca. Gol seis mil del Barça en la Liga, obra de un futbolista que parece tener seis mil maneras distintas de marcar de falta directa.
Un tímido intento de reacción del Alavés llegó en el tramo final con más corazón que ideas. Obligó, eso sí al Barça a mantener el esfuerzo hasta el final. Suárez y Coutinho perdonaron el segundo, pero finalmente Coutinho recogió en el área un pase de Arthur, situado como medio centro al lado de Busquets para controlar mejor el partido, y sentenció el partido.
Messi regaló a quien aún no se había ido el Gol 6.001 en el último segundo. Golazo marca de la casa tras recibir de Suárez, un Suárez aún lejos de su mejor versión