La Real no sabe ganar

La Real desaprovechó en Leganés una fantástica oportunidad de comenzar la temporada a lo grande, con pleno de puntos, y la posibilidad de acudir el viernes a Ipurua soñando con un parón liguero en lo más alto de la tabla. Nadie va a negar que un balance de cuatro puntos en las dos primeras salidas lo habría firmado el más optimista de los seguidores txuri urdin, pero no es menos cierto que ganando 0-2 en el minuto 16, el empate sabe a poco. Sobre todo por las dudas que generó el desarrollo posterior del encuentro en el que a la Real le faltaron recursos para aprovechar el escenario ideal que se le había planteado tras un primer cuarto de hora soñado, en el que un Zaldua estelar no sólo puso el campo cuesta abajo hacia la portería de Cuéllar, sino que fabricó dos jugadas de crack para dar ventaja a su equipo. El Leganés rompió mucho más las costuras a la Real que el Villarreal, donde los realistas padecieron la mitad que anoche en Butarque. Su juego sin balón fue blando y estéril, sin que su presión alta fuera efectiva porque se llevó a cabo sin la fe necesaria y, sobre todo, sin la organización requerida. Y sin balón el equipo fue un desastre, con enormes problemas para sedar el trepidante ritmo que deseaba el Leganés con una posesión racional, sin capacidad para dar dos pases seguidos. La Real ni fue voraz en la presión en busca de un tercer gol que sentenciara, ni fue sólida juntándose en un bloque medio que complicara el acceso del Leganés a Rulli ,ni escondió el esférico para agotar al rival. Al revés, se hundió en exceso cerca de su área, permitió balones interiores, centros y segundas jugadas y, aunque no estuvo lejos de aguantar, e incluso de sentenciar con la contra de Willian José, no habría sido producto de su pericia