Un retorno con sabor agridulce
Garitano y su Real se las prometían muy felices para el minuto 17 con el 0-2, pero acabaron pidiendo la hora
Asier Garitano tuvo en la mano la posibilidad de protagonizar un regreso por todo lo alto a su campo y su casa, pero se quedó a medias con ese empate a dos final que sabe más a derrota que a otra cosa por cómo fue el desarrollo de la contienda. Ese 0-2 en el minuto 17 invitaba, y mucho, al optimismo, pero la Real echó por tierra ese fulgurante arranque tras una segunda parte agónica, para olvidar. La sensación es la de haber salvado un punto y gracias frente a un Leganés que fue muy superior, y no solo en la segunda mitad.
Cinco temporadas después de su llegada al banquillo de Butarque, Garitano optó por rechazar una oferta económicamente importante para continuar en Leganés para aceptar la propuesta de la Real, el equipo de su corazón. La bienvenida ayer, por todo lo alto. La afición del equipo ‘pepinero’ no le olvida y le mostró su agradecimiento por su labor, como no podía se de otra manera. El de Bergara no dejó de saludar a su llegada y en el adiós. Todo eran sonrisas y buenas palabras, pero fue comenzar a rodar el balón por el verde y ya no había espacio para los sentimientos. Solo habían transcurrido 17 minutos y la Real ya había golpeado por dos veces la portería defendida por ‘Pichu’ Cuéllar. Garitano, la Real, y la afición se las
prometían muy felices, pero nada más lejos de la realidad. Lo peor estaba por llegar, y ya no solo por el empate a dos final, que se veía venir desde mucho antes de ese minuto 87, instante en el que El Zhar batía por segunda vez la portería de Gero Rulli.
El cabezazo al larguero de Siovas supuso el principio del fin de la Real, que apenas volvió a dar señales de vida hasta el 81’, momento en el que Willian José desperdició la oportunidad de haber dejado el partido visto para sentencia de una manera definitiva con una de esas ocasiones que el brasileño no suele perdonar. Pero ayer lo hizo, y le dio vida al Leganés, que no desaprovechó ese regalo. Los de Pellegrino siguieron creyendo y llegó el premio en el minuto 87. Y el ‘Lega’ no se conformó. Todavía tuvo tiempo para generar alguna incertidumbre en la afición realzale y los futbolistas, que pedían, casi a gritos, el pitido final de Munuera Montero. Y llegó. Menos mal. Cinco minutos más y el regreso de Asier Garitano al que fue su campo y su casa hubiera terminado de la peor manera posible.
Sin fútbol
Así las cosas, el de Bergara y su Real regresan a casa con un sabor agridulce después de haber tenido el partido al alcance de la mano, pero que lo dejaron escapar tras una segunda mitad en la que el equipo blanquiazul no estuvo a la altura de las circunstancias. Demasiadas concesiones frente a un rival que se creció y que a punto estuvo de protagonizar una remontada espectacular. Agradeció que la Real le entregara el balón para generar todo el fútbol que ayer le faltó al equipo blanquiazul en más de 70 minutos