VUELTA ATREVIDA
Los ocho kilómetros de la contrarreloj inicial por las calles de Málaga decidirán hoy el primer maillot rojo Sin Froome, la prueba arranca sin un claro favorito y con una apuesta firme por la montaña y el espectáculo
27 días después de que el galés Geraint Thomas conquistara el Tour de Francia arranca hoy en la ciudad de Málaga la Vuelta 2018, la última gran carrera ciclista de la temporada, antes de que el Mundial de Innsbruck (Austria) ponga la guinda al pastel. Fiel a su estilo, la ronda española ofrece un recorrido muy identificable, marca de la casa. 21 etapas repartidas en un total de 3.254 kilómetros, con 176 participantes distribuidos en 22 equipos.
Una Vuelta que mantiene el sello que la ha caracterizado en los últimos años, con seis etapas llanas y dos de ellas con final en alto, seis jornadas de montaña, cinco etapas de media montaña y 46 puertos de montaña, y dos etapas de contrarreloj individual, la primera de ellas hoy. Una puesta de largo que a diferencia de otras ediciones apuesta por una contrarreloj individual y no por equipos, una jornada que podría vestirse de prólogo si no fuera porque está en juego el primer maillot rojo de líder de la Vuelta. Una contrarreloj que sólo presenta un pequeño repecho y en la que las diferencias entre los ciclistas serán mínimas, a la espera de la segunda jornada con el final en alto de Caminito del Rey, que ya supondrá el primer reto de verdad para los corredores, en un escenario donde Esteban Chaves, ausente este año, logró la victoria en 2015.
Una segunda jornada en la que puede que haya ya las primeras diferencias entre los favoritos y en la que se vivirán los primeros momentos de tensión, en una Vuelta que ofrece una propuesta ciclista muy atractiva, “provocadora, para que haya ataques y espectáculo, que es lo que al aficionado le gusta. Es la esencia del ciclismo”, apunta el ex director del histórico equipo Kelme y analista de ciclismo en MD. Una apuesta en la que sobresalen tres días claves por encima del resto, el del clásico final en Lagos de Covadonga, la contrarreloj de Torrelavega de 32 kilómetros y el penúltimo día con la ascensión brutal a la Gallina, en Andorra.
Un planteamiento para el que no hay un claro favorito. Sin Chris Froome, Geraint Thomas o Tom Dumoulin la edición 2018 se presenta más abierta que nunca, con la duda de saber cuál es el estado real de Vincenzo Nibali, de ver si Nairo Quintana podrá repetir el triunfo de 2016, de si Simon Yates podrá brillar como en el Giro de Italia o de si David de la Cruz asume el rol de líder en el Sky y logra una victoria que se resiste para el ciclismo español, desde que Contador lo lograra en 2014
Sin excesiva dificultad, la primera etapa sirve de rodaje para los corredores
La máxima de todos los ciclistas es la de completar el recorrido inicial sin incidentes