Nadal se trabaja los cuartos
Necesita un cuarto set y más de tres horas de juego para batir a Basilashvili y citarse con el austríaco Thiem, verdugo de Anderson
Tras diez enfrentamientos para convertir su duelo en el clásico moderno de la tierra batida, Rafa Nadal, que domina la serie por 7-3, y Dominic Thiem trasladan su rivalidad a la pista dura de Flushing Meadows. El español, 32 años y nº 1 mundial, se medirá al austríaco, 24 años (cumple 25 hoy) y nº 9, mañana en cuartos del Open USA.
Nadal se dejó otro set en el camino y tuvo que trabajar mucho aun sin sufrir tanto como frente a Karen Khachanov. El vigente campeón superó al georgiano Nikoloz Basilashvili por 6-3, 6-3, 6-7 (6) y 6-4 en 3h.18’. El manacorí, sin cinta de sujeción en la rodilla derecha, la mejor noticia, controló siempre el duelo ante el 37º ATP aunque se le escapara el ‘tiebreak’.
Para Nadal, casi una obligación en una competición que ha dominado tres veces en su carrera. Thiem se regaló la víspera de su aniversario una clasificación para cuartos de Nueva York que no había logrado en sus tres presencias previas en octavos. Venció al finalista de 2017, el surafricano Kevin Anderson, por 7-5, 6-2 y 7-6 (7-2) en 2h.37’ Triunfo meritorio porque nunca antes había podido con el nº 5 y también finalista de Wimbledon, sobre cancha dura, para un global aún negativo 2-6.
El balear llega más que preparado para contrarrestar la potencia de Thiem. Karen Khachanov reventó la pelota y lo mismo hizo Nikoloz Basilashvili, porque son dos de los tenistas que más duro impactan cada bola. Sus respectivos reveses corrieron mucho, como suele hacerlo el del austríaco, con la diferencia de que éste lo pega a una mano.
Nadal había destrozado a Basilashvili en Roland Garros’17. Un 6-0, 6-1 y 6-0 que Rafa no esperaba ni mucho menos repetir ante un adversario que ha crecido mucho deportivamente desde entonces. Esta temporada conquistó el torneo ATP 500 de Hamburgo desde la fase previa y ayer debutó en unos octavos de Grand Slam.
Nadal condujo con oficio la confrontación, adelantándose 6-3 y 6-3 casi sin darse cuenta. Había tenido bastante con la paciencia, desgastando paulatinamente a un oponente a quien le va la marcha, que prefiere evitar la estrategia y centrarse en un golpe a golpe directo. Tenía todo bajo control el español, pero dejó que se escapasen una serie de bolas de ‘break’ que le llevaron incluso a sufrir una rotura en contra. La recuperó enseguida pero se marchó al ‘tiebreak’ ante un Basilashvili que estaba disfrutando de la oportunidad de medirse en la central a una leyenda. El georgiano disputó una ‘muerte súbita’ suprema, sobre todo con el revés cruzado. En el total hizo 56 golpes ganadores (la mitad de revés) y cometió 59 errores no forzados. Sin complejos vaya, a cara o cruz. Se soltó Niko, y se lo pasó en grande ofreciendo resistencia a un Nadal que nunca titubeó, ni siquiera cuando precisó un segundo ‘break’ para acabar rematando.
Nadal, 29 ‘winners’y 19 errores no forzados. Se reencontró con los ‘aces’, seis, y, sobre todo, la rodilla derecha parece estar respondiendo adecuadamente
LAS CLAVES
SIN VENDAJE
DE TIERRA A DURA El clásico de la tierra Nadal-Thiem, con 7-3 Rafa, vivirá el primer capítulo en rápida La mejor noticia: no usó la cinta de sujeción en la rodilla derecha