Que termine el verano ya

Qué lástima. Todos los indicios apuntaban a que el viernes se ponía el punto final a un verano que en Gipuzkoa se ha comportado antinatura: calor, sol, poco agua. Anteayer llovió e incluso bajaron relativamente las temperaturas. Ayer sábado, sin embargo, ‘Lorenzo’ presidió de nuevo un cielo azul, anunciando que habrá que seguir esperando al gris otoño que tanto luce en esta provincia de verde estampa. Paciencia. Donostia, sin ir más lejos, seguirá abarrotada de gente que no la siente como propia y a fuerza de llenarse sus calles, el contenido de sus rincones se vaciará de interés. Mejor esperar unos días para que la ciudad recobre un aspecto más natural, aunque seguirá primando el turismo, dejando en un segundo plano a los habitantes de casa. Que termine el verano ya, por favor. Sí. Porque en Anoeta también han sido meses descorazonadores. Es complejo asimilar de otra manera el agur de un Agirretxe maltratado por el destino, por mucho que el delantero, con la mayor honestidad del mundo, insista en que ahora es feliz. Poco antes se retiró Prieto y el alma del primer equipo ha quedado desguarnecida, buscando nuevos dueños. Sin canteranos referenciales. Como pedir una cerveza en la Parte Vieja rodeados de rusos o estadounidenses. En ninguno de los casos es sencilla la solución y en la Real el atolladero se acentúa intuyendo que el jefe deportivo y el entrenador no hablan el mismo idioma. Como si el turista no supiera pronunciar la palabra ‘txakoli’ y el camarero le sacara un whisky. El último ejemplo para secundar esta observación ha sido casi paradigmático: Olabe dice que es complicado fichar ahora y Garitano pide refuerzos. A ver si llega el otoño, no sea que todavía venga más gente de fuera