Lucho, valiente con su apuesta
Optó por un fútbol más directo con los ‘jugones’ arriba, Thiago llevando la batuta y un Saúl estelar
Luis Enrique no es Julen Lopetegui. Eso quedó claro desde el primer minuto de partido. Sin querer desmerecer a ninguno de los dos, el planteamiento sobre el terreno de juego fue muy distinto al que se vio en la pasada y brillante fase de clasificación para el Mundial.
El seleccionador lo tuvo claro en su debut, quería verticalidad y, para eso, necesitaba movilidad y alternativas arriba, algo que Diego Costa y Morata no podían ofrecer. La apuesta fuerte fue por dos jugadores, Rodrigo y Saúl, y ambos dieron el do de pecho. El del Valencia fue un incordio por banda en la primera mitad, con la delantera entregada a un Aspas que lo merecía pero que estuvo más gris. Saúl fue poesía sobre el césped. Demostró que en Rusia debió tener protagonismo. Es eficiente en las dos áreas, con y sin balón. Ambos salieron con el premio del gol.
También se resolvió la duda de quién será el que lleva la batuta de juego. Thiago Alcántara fue la respuesta. Manejó el tempo, se movió bien y le dio velocidad e intención de superar líneas a sus pases. Una selección que no dependió de Isco, sino que fue algo más coral, un concepto que se añoraba, y en la que vio en Nacho un más que buen sustituto para Gerard Piqué.
La apuesta de Luis Enrique, diferente y atractiva, empezó con buen pie nada menos que ante Inglaterra