Amunarriz, apellido con label arraunlari
Ioseba y Meltxor, patrón y remero de Hondarribia, comparten parentesco y pasión por este deporte
En Hondarribia abundan los Amunarriz. Uno de los apellidos más comunes en este enclave pesquero, con un libro de familia extenso y cuyos orígenes se remontan hasta la Edad Media, también se ha hecho un hueco en la ‘Ama Guadalupekoa’. Ioseba (1978) y Meltxor (1995), patrón y uno de los remeros más jovenes de la ‘tosta’ hondarribiarra, comparten parentesco y pasión por este deporte que inunda las aguas del Cantábrico cada verano.
El jefe de la trainera, en su condición de veterano, y el más ‘pipiolo’, ávido por tener oportunidades dentro del bote, relatan para MD sus experiencias, arrancando por el nexo que les une. “Mi abuelo y su padre son primos”, se lanza Meltxor, con un currículo en el que también figura su participación en ‘El Conquis’ de ETB. Algún pique aislado siempre hay, más entre sus familiares, pero nada que resquebraje el ambiente. Solo Meltxor tiene que lidiar con la presión de todos los allegados que le insuflan ánimos por la calle y ponen el trapo de La Concha ya en su poder.
El hambre de la juventud choca con la solidez de un bloque en el que es complicado entrar, más en un escenario como La Concha. “Soy el más joven y sé que en Donostia le toca a los veteranos. Me toca esperar en la rampa, ayudar y estar preparado por si surge algún contratiempo de última hora”, relata Meltxor, con experiencia previa en ACT gracias a su incursión en San Juan el año pasado y la decena de fines de semana que ha remado con Hondarribia este verano.
Esos momentos de tensión en el muelle, una llamada que lo puede cambiar todo... son situaciones en las que los nervios están a flor de piel. “Debemos estar vestidos y preparados para remar si hace falta”, aclara.
Como novato que es, asume que debe vivir un proceso para entrar en un bote “con mucha fuerza física y cabeza”. Entiende Meltxor que “debemos intentar acoplarnos” porque llegar es “cuestión de 2 ó 3 años. Ahora toca aprender, el invierno
“Mi abuelo y su padre son primos”, relata Meltxor, encantado de poder remar en casa
“En La Concha le toca a los veteranos pero debemos estar todos listos en la rampa”
“La gente joven que entra tiene remada, se trata de ponerle ganas”, cree Ioseba
ha sido largo y duro y sabes que el entrenador confía en ti. Estoy con gente que tiene mucha historia a sus espaldas, sigo trabajando a gusto y en mi pueblo”. No puede pedir más.
El que cuida del rebaño
Ioseba es el patrón, el que cuida del rebaño, sobre todo de los recién llegados. “El ambiente es bueno y los que entran son gente con remada.
“En mis inicios los chavales sabíamos tener paciencia, quizá ahora hay más prisa”
Se trata de ponerle ganas y demostrar que pueden estar ahí, siempre estamos preparados para dejarles pasar”, describe un patrón curtido en mil y una batallas en los mares.
Ligado a Hondarribia desde 2002, Ioseba echa la vista atrás, hacia sus primeros momentos en el club, y reflexiona sobre el hambre y la ganas que tienen los jóvenes de hoy en día en contraste con la paciencia de la chavalería en aquellos tiempos. “Ahora quizá lo quieren todo cuanto antes y en mis inicios sabíamos esperar”, recrea. Los Amunarriz, patrón y remero, levantan los remos en busca de una conexión familiar cercana y una fórmula que vuelva a traer ese premio tan ansiado. “Es un caramelo”, dicen