CAMBIO DE ACTITUD
LA SELECCIÓN DE LUIS ENRIQUE
que ganó en Wembley mostró, sobre todo, un cambio de actitud. Respecto al bloque del Mundial y de los últimos amistosos con Lopetegui, el nuevo equipo demostró su capacidad de sacrificio. El primer encuentro con un nuevo técnico siempre es especialmente motivador para los futbolistas que dan el ciento por ciento. En el terreno de juego se pudo apreciar esfuerzo y convicción, aunque los últimos 15 minutos del encuentro no dejaran satisfecho a nadie.
LUIS ENRIQUE QUIERE DEJAR
su sello en la selección. Eso es evidente y natural. Y lo deja. Se pudo ver en la alineación titular, donde frenó cualquier debate con la inclusión de un De Gea resucitado y que recibió el espaldarazo del entrenador y transmitió confianza a un grupo que siempre le apoyó. También se apreció en el sustituto de Diego Costa al elegir a
Iago Aspas, un delantero bastante distinto pero que indica lo que Luis
Enrique quiere para la selección.
EL ENTRENADOR SEGUIRÁ
haciendo modificaciones, pero fundamentalmente la selección buscará el repliegue rápido para cubrir a Busquets y robar lo más adelante posible cuando no tenga el balón y con la pelota llevará a cabo más variantes ofensivas de las que había ofrecido últimamente. Esas son las dos características básicas del nuevo espíritu de un equipo que ha perdido a Piqué, Iniesta y Silva de una sola tacada.
EL MISMO TÉCNICO,
además, mirará de mantener su personalidad y tener un poco de mano izquierda en su relación con los medios. Ya se ha podido atisbar en este primer encuentro y, seguramente, se podrá confirmar en los próximos partidos. No es difícil. La receta es aplicar profesionalidad por todas partes. Lo que resulta más complicado es la actitud de algún jugador, como por ejemplo Isco, que no contestó a un periodista en una rueda de prensa. Ramos rectificó a su manera. Bien hecho