El estreno del estadio no dejó indiferente a nadie
Como primer día de una nueva era que fue, el partido del sábado es a partir de ahora uno de los capítulos que forman parte de la historia de la Real. La sensación general fue de que lo mejor está por llegar porque se vio que existe la tan perseguida cercanía entre el equipo y su gente. También hay aspectos que deben ser apuntalados, pero el campo no ha dejado indiferente a nadie: estos días se habla más de Anoeta que de la derrota contra el Barcelona
1 Hubo gente que no veía
Los acérrimos realistas ubicados el sábado en las dos primeras filas del fondo sur hicieron público en MD su malestar por no poder seguir limpiamente el partido contra el Barcelona. Explicaban que, cuando el juego se acercaba a las inmediaciones de la estructura más novedosa, el fondo sur, no veían a causa de un muro que imposibilitaba ver qué sucedía sobre el campo. Por este motivo se veían en la obligación de levantarse, provocando una clase de ‘efecto dominó’ en las filas traseras. La idea de algunos socios es enviar al club una crítica constructiva en aras de mejorar las condiciones
2 La acogida al equipo se enfría
Con la nueva estructura de Anoeta, lo más operativo es que el autocar que acerca a los jugadores entre literalmente al campo, se introduzca en sus entrañas en lugar de quedarse en los aledaños. Más de un hincha de la Real fue sorprendido por esta novedad en los prolegómenos del partido del sábado contra el Barcelona. Sólo en la cúpula del club y en la jefatura de las obras saben hasta qué punto era necesario un procedimiento que, sin lugar a dudas, enfría los recibimientos que el ‘pueblo’ dedica a los futbolistas, sobre todo en las grandes citas
3 Problemas propios del primer día
El primer paso de una larga travesía, la primera letra de un libro vacío, el primer día en el nuevo trabajo, la primera noche sin dormir. Nada es fácil cuando algo nace y no todos los servicios de este Anoeta que está en proceso de reconstrucción salieron a pedir de boca. Desde varios sectores de la grada han asegurado que, por ejemplo, hubo un baño que sufrió ciertas inundaciones y que los bares no eran materialmente capaces de surtir a la clientela con los productos demandados. Problemas, en suma, propios de un primer día que rara vez, en cualquier ámbito, resulta inmaculado
4 La mitad del camino recorrido
La nueva imagen del estadio ha causado impresión. Los socios y aquellos seguidores que se acerquen eventualmente verán a la Real de más cerca y la infraestructura más novedosa, el fondo sur, se levanta en vertical, lo que posibilita que la intimidación de Anoeta se multiplique. Pero queda tela que cortar. Todo el que desplazara su mirada al norte observó que sólo se ha recorrido la mitad del camino hacia un campo completo. Los plazos se están cumpliendo, los mandamases están contentos, pero no se puede obviar el peligro de que se escapen puntos por el costado desnudo del fondo norte
5 Un martes contra el Rayo
Podría concebirse la jornada del sábado como muy puntual teniendo en cuenta que el visitante era de rancio abolengo. Además de la atracción que suscita el Barcelona, era la primera vez que afición se reunía en un Anoeta sin pistas, había que despedir públicamente al idolatrado Agirretxe, Asier Garitano debutaba en casa... Un panorama idílico para llenar el campo. Anoeta se someterá a exámenes de naturaleza opuesta próximamente: la Real recibe al Rayo el martes 25 a las 21.00 horas; al Valencia el sábado 29 a las 13.00 horas; y al Girona el lunes 22 de octubre a las 21.00 h.
6 No habrá paz para los árbitros
Ser el juez de la contienda con la protección de las ocho calles de las pistas de atletismo era algo similar a arbitrar los partidos desde una balsa paradisíaca. Se acabó la paz, por lo que se atisbó en el estreno contra el Barcelona. Del Cerro Grande impartió desde la imparcialidad, sin favorecer al presunto equipo ‘grande’, y no le tembló el pulso para desoír las protestas blaugrana en una acción en la que solicitaban penalti sobre Gerard Piqué. El colegiado conectó con Las Rozas y pitó córner. También le presionaron para que expulsara a Asier Illarramendi e hizo caso omiso
7 Se jugó a ras de tapete
Existía recelo en Barcelona por la experiencia que vivieron en el José Zorrilla: jugar en un césped que se levantaba con facilidad. La familia blaugrana proclamó una especie de estado de alarma al darse cuenta de que la siguiente visita era a un campo cuya hierba iba a estar recién plantada. Hubo quien puso la venda antes de la herida hablando de posibles denuncias si la superficie no estaba en condiciones y cuál fue su sorpresa, que la hierba de Anoeta era un tapete. “Estaba bien”, reconoció Ernesto Valverde minutos después de haber ganado
8 El 1-0 fue el gol del pueblo
Cuando el zurdazo de Aritz Elustondo se coló entre el poste y el guante de Ter Stegen, Anoeta entró en trance. La felicidad y la pasión se fusionaron y el resultado fue el éxtasis, por aquello de que el autor del 1-0 era alguien que representa una manera de ser, un embajador de todo lo que supone dejarse el alma por un escudo. Fue como si todos los testigos hubieran empalado a gol. Un acto histórico, aunque sólo fuera desde un prisma simbólico, al que el también opositaban Zaldua, Illarra, Zubeldia, Zurutuza, Pardo, Oyarzabal, Sangalli y Bautista, el resto de canteranos que participaron además de Aritz
9 Sólo 2.239 asientos vacíos
La espera y la bienvenida al estadio, convertido ya en campo de fútbol, se han hecho largas, a tenor de la fenomenal entrada que albergó Anoeta contra el Barcelona. Se deduce, entonces, que la gente de la Real ardía en deseos de conocer su remozado hogar. La temporada pasada quedó patente, merced a la luz que arrojaron los datos, que una porción de la afición dejó de asistir al fútbol en directo. Fue alentador ver que el sábado sólo hubiera 2.239 asientos libres. La asistencia ascendió a 26.756 espectadores en unas gradas cuyo aforo actual es de 28.995 ocupantes
10 Fue una olla a presión
Anoeta entró en ebullición en muchos momentos de su primer partido sin el tartán de las pistas. Quedarán en la memoria de los presentes secuencias como la interpretación a capela del Txuri Urdin, la venerable ovación a Imanol Agirretxe en su homenaje de despedida, la explosión de júbilo en el gol de Aritz Elustondo, los continuados cánticos para empujar al equipo y, por encima de todo, la constatación de que tanto la presión acústica como la imposición escénica han superado las expectativas. La nueva grada, Aitor Zabaleta, fue la encargada de llevar la voz cantante