El doctor Escobar aconseja a la Real que contrate un traumatólogo
Médico titular del club durante 18 años, juzga al actual servicio y critica su política de no hacer públicos al momento los diagnósticos
“El servicio médico es una especie fantasmal sin voz ni rostro, sin responsable público directo”, opina Eduardo Escobar, médico titular y traumatólogo de la Real Sociedad durante 18 años, aludiendo a los actuales especialistas en la materia en el club txuri urdin y aconsejándoles que contraten un traumatólogo que “se implicara, que se mojara por los jugadores y los intereses del club”.
Escobar, que se explaya en un artículo redactado en el blog del periodista Tito Irazusta, relevó en el club al Dr. Echavarren y entre sus aportaciones influyentes, al margen de todas las relacionadas con su campo, fue el responsable troncal de la llegada de un experto en Fisiología como Antxon Gorrotxategi. En los tiempos que corren “debe ser mejor -interviene Escobarlibrarse de la molesta presencia de un traumatólogo aunque suponga desplazamientos y dilaciones infinitas en la comunicación de los pormenores de una lesión que todo el mundo relacionado con la Real espera con impaciencia. Sobre todo el jugador”.
Crítico con la actual política de reservar los resultados médicos, Escobar tira de retrospectiva: “El diagnóstico se daba nada más terminar los partidos”, afirma el doctor, recalcando que si en la actualidad formara parte del servicio médico “me gustaría contar con un rehabilitador de lujo como el que ahora tiene la Real o con el magnífico equipo de técnicos como los actuales… Y con la tranquilidad de no salir a la sala de prensa todas las semanas”.
Escobar tiene claro que “es difícil” que un club de fútbol acierte con el perfil y, en su opinión, el especialista debiera reunir requisitos como “estar bien formado, con sistema MIR y años de experiencia posterior en un Hospital”, y que su edad oscile en un rango “entre 35 y 40 años”.
La “dedicación” tendría que ser exclusiva según Escobar, así como su disposición a “dejar su actividad en la red pública, mantener un horario y a viajar”. El galeno donostiarra detalla que la figura que propone haría bien en “compatibilizar su consulta con la dedicación” al club, ya que “un cirujano encerrado en el fútbol deja muy pronto, en unos años, de estar en la onda de la especialidad”.
Acudir a los mejores
Por lo que argumenta en su escrito, Eduardo Escobar sugiere al actual servicio médico de la Real acudir a los más facultados en las distintas lesiones que pueda sufrir un futbolista. Cree que, “en la mayoría de los casos”, los responsables médicos del club “deben renunciar a ser cirujanos” para “dejar que otros colegas sean quienes operan a sus jugadores lesionados”.
Aún admitiendo que “no” son características “fáciles de encontrar”, Escobar manifiesta asimismo que “no es nada que no pudiera conseguir un club de Primera con el presupuesto de la Real”.
Basándose en que “un traumatólogo tiene mucho más enganche con su especialidad que, pongo por caso, un médico deportivo”, Escobar ilustra al público con diversos ejemplos de su época. Se acuerda de cuando “le llamé al Dr. De Prado al romperse Xabi Alonso el quinto meta del pie. Se quedó a dormir en mi casa en lugar de salir hacia Bilbao y le operamos al día siguiente”.
También apunta “la fractura de compromiso” que sufrió Xabi Prieto en el antebrazo, “de riesgo quirúrgico”, matiza Escobar. “Pedí al Dr. Goyeneche, especialista de Cirugía de la Mano y Microcirugía, que anulara la consulta de aquella tarde –unos 20 citados- para operarle. Y lo hizo”. Ahora, “leo con estupefacción que un jugador se rompe el tobillo un viernes y es operado el lunes a mediodía”. Añade Escobar, en tono crítico, que “en mi tiempo no hubiera ocurrido jamás”