Yo también me emocioné ...
El partido ante el Barça pasará a la historia como uno de los acontecimientos especiales de la Real, pero en lo deportivo deja debates
Después de muchas carreras, aceleraciones, preocupaciones, incremento presupuestario y no pocas dudas, echó a andar el remozado campo de Anoeta en una ‘inauguración’ que resultó una de las citas para no olvidar. El evento fue todo un espectáculo que emocionó hasta a los más fríos, aquella actuación impresionante de la grada Aitor Zabaleta -¡qué bonito el homenaje a Imagol Agirretxe, tan sencillo y emotivo!- y la del resto de los casi treinta mil animosos espectadores que casi llenaron los asientos que se podían ocupar y que hicieron de la tarde un acontecimiento que solo se puede repetir cada mucho tiempo, el último que recuerde, la tarde del ascenso ante el Celta, pero hablamos de hace ocho años.
Nuestro oficio de narradores de la actualidad nos crea una coraza para intentar al menos cierta objetividad en el análisis de lo que vemos, pero hay momentos en que se desata la euforia también en uno y es comprensible que la emoción te embargue. Fue mi caso cuando entré en el campo y vi el panorama que ofrecía. Ya sé que hay servicios por arreglar, en nuestro caso, por ejemplo, vimos un WC explotar e inundar los accesos, pero era algo comprensible y que teníamos asumido que podía producirse tal y como nos han retratado cada minuto de una obra fabricada a gran velocidad. Ubicaciones, visibilidad de algunos que han ido a peor... Todo con solución en ese año que aún le quedan de obras a Anoeta. Pero, incluso cargados de objetividad, se puede felicitar a los responsables de haber conseguido el cambio brutal del campo en el que juega la Real.
Hablando de objetividad, otra cosa es lo que vemos en el césped. Por cierto, el campo también matrícula de honor porque visto incluso cómo se levanta la hierba en campos que han sido escenario del arranque de la Champions, el verde de Anoeta estaba en perfecto estado.
Digo que los análisis del partido ya van según lo quiere ver cada uno, porque aquí si depende del cristal con que se mire. La Real abrió la temporada en casa con un equipo de circunstancias. Luego se puede ensalzar la decisión del entrenador de alinear a unos y no a otros y demás, pero se obvia que jugaron los que jugaron, y lo hicieron incluso mejor de lo esperado, porque algunos de los que tienen cartel de titulares sin discusión no podían hacerlo o venían de lesiones y tuvieron solamente hueco al final. Con todo, es interesante ver que los que quizá tengan que esperar en el futuro en el banquillo, cuando salen, se comen el campo y están en un buen nivel.
Garitano planteó un partido bien estudiado, jugando como hay que hacerlo a un Barça que sabes que coge el balón y te puede volver loco co- mo no seas capaz de cerrarle bien los caminos hacia tu portería. La primera parte fue todo un ejemplo del bien hacer de todos para anular a las estrellas azulgranas. Además, la primera ocasión local acabó en un gran gol de Aritz, que si ya estaba la grada caliente terminó por llegar al grado de ebullición.
Después del descanso cambió algo el panorama y el Barça encontró lo que buscaba, dio la vuelta al marcador con dos corners que han disparado el debate sobre si el portero ofrece la seguridad necesaria o lo haría mejor el que no jugó. La situación me recordó mucho a otras anteriores en las que no estaría mal analizarlo con frialdad. A Toño le costó salir de la Real una cosa así, incluso el propio director de fútbol actual vivió una situación parecida cuando había empeño en que Alberto debía dejar la puerta y Salva Iriarte alineó por primera vez a Roberto Olabe. La Real perdió 1-2 con el Mérida en Anoeta y Olabe no volvió a jugar más que en su último día como portero tres temporadas después. Su debut y casi despedida fue el 15 de octubre de 1995, la jornada 8 de la Liga y casualmente el mismo día en que también debutó en los últimos minutos del partido Unai Emery.
Por eso con esto de los porteros hay que andar con más tiento que en otras posiciones. El portero es el único jugador específico del campo y por eso lo que se lleva es que solo se le sustituya por lesiones o expulsiones. Porque ¿qué hacemos si sale Moyá esta noche en Huesca y tiene un mal día como le pasó a Toño en Vilarreal? ¿A buscar otro portero como entonces? En un mal paso te puedes cargar a los dos porteros, por eso Garitano y sus ayudantes han sopesado mucho a quién alinear hoy y han decidido lo que han decidido