Dos fallos en defensa castigan al Real Unión
Los irundarras chocan con un solvente Oviedo Vetusta en Gal (2-2)
La defensa del Real Unión se achicharró sobre el verde del Stadium Gal. Solo así se pueden explicar los dos regalos aprovechados por Borja Sánchez, bigoleador del Oviedo Vetusta, en el encuentro de ayer. Los irundarras, mermados por las bajas en ataque y sin el técnico Juan Domínguez, en la grada tras ser expulsado el pasado fin de semana en Gernika, se tuvieron que conformar con un punto frente a un solvente filial con mucha pólvora en sus filas. Así, la victoria en casa se sigue resistiendo esta temporada para los txuribeltz.
El arranque del Oviedo Vetusta fue demoledor, con un gol a los 30 segundos de juego. La defensa del Real Unión calculó muy mal el fuera de juego y dejó que Borja Sánchez se plantara solo ante Irazusta para picarle el balón con maestría. Por si fuera poco, Ernesto, en dos ocasiones, estuvo muy cerca de seguir ampliando el marcador a favor de los visitantes en los siguientes diez minutos tras sendos contragolpes.
Al Real Unión no le tumbó el mazazo. Apostó por la paciencia para elaborar aunque encontró dificultades para dar el último pase. Hasta que Capelete cogió las riendas del ataque txuribeltz. El irundarra erró primero con un disparo tras combinar con Urkizu pero luego acertó con una internada hasta la cocina para ponérsela a Alain Eizmendi. La volea del beasaindarra rompió las redes de Lucas Díaz.
El tira y afloja se mantuvo hasta el descanso aunque la suerte solo sonrió al Real Unión. Porque menos de un minuto después de que un tremendo zapatazo de Borja Sánchez provocara temblores en el larguero de Irazusta, Lizarraga pescó un buen pase filtrado de Eizmendi para culminar la remontada momentánea.
Otra vez igual
Lamentablemente, los primeros minutos de la reanudación fueron un calco de lo presenciado durante el arranque. Los centrales del Real Unión se enredaron para salir con el balón jugado y Steven aprovechó la empanada para robar, cabalgar y superar a Irazusta. Su disparo se topó con el poste, pero Borja Sánchez no perdonó con el rechace.
A diferencia del primer gol, este golpe sí que hizo mella en la confianza del Real Unión, incapaz de cruzar la divisoria con determinación. El Oviedo Vetusta se hizo más grande y también los guantes de Irazusta, providencial en varias acciones