El peligro se escribe con iniciales
En la camiseta de Raúl de Tomás se lee ‘R.D.T.' y es la máxima amenaza que presenta el Rayo Vallecano esta noche en su visita a Anoeta
Todo lo que consiga el Rayo Vallecano en su enésimo asalto a Primera División estará influenciado por su nueva estrella: Raúl de Tomás (Madrid, 1994). El delantero es la máxima amenaza del equipo que esta noche visita Anoeta. El jugador que la defensa txuri urdin más de cerca tendrá que vigilar para que el objetivo de retener los tres puntos sea más factible.
El Rayo pone pie en Gipuzkoa con la piel rasguñada. Ha sido víctima de dos reveses galopantes en su barrio, primero contra el Sevilla (1-4) y este pasado domingo frente al Deportivo Alavés (1-5). El regreso a la máxima categoría, como manda la tradición vallecana, no está siendo un camino de rosas.
Menos mal para la tropa de Míchel que de por medio celebraron una victoria en Huesca (0-1) lo que, unido a la positiva imagen del Metropolitano (sólo 1-0 en casa del Atlético de Madrid) justifica la esperanza de que el conjunto de Vallecas está vivo y coleando.
El Rayo siempre fue el equipo del barrio. El club simpático. El que siempre pone cara de bueno. Uno de aquellos comúnmente denominados ‘ascensores'. De los que suben y bajan sin cesar. Como un péndulo, pero de arriba a abajo, de Primera a Segunda sin solución de continuidad. Al bonachón le hace falta un líder.
Aquí emerge la figura de su referente, un joven más malencarado que el escudo, más serio, con rostro de antihéroe. Raúl de Tomás está llamado a ser el líder del Rayo. Encima de su dorsal 9 se lee ‘R.D.T.'. El peligro para la Real se escribe con iniciales.
El olfato del madrileño ante la portería rival no obedece a ningún pseudónimo. Contra el Alavés inauguró su casillero personal de goles en Primera. Lo hizo con estilo propio. Con sello de autor. Fue el más astuto del área para meter la bota en un mar de dudas y rematar a bocajarro. Sólo juega para el gol.
Es del Real Madrid
De Tomás no sabía qué era ser parte de una plantilla de Primera hasta que se ha ganado a pulso el salto. En las dos últimas temporadas ha sobrepasado con suficiencia la barrera de los 10 goles en Segunda. En la 16/17 con el Real Valladolid (14) y en la anterior con el Rayo Vallecano (24), donde estableció su propia plusmarca.
A sus 24 años, De Tomás se comporta con la libertad y la creatividad de un emprendedor: tiene toda la carrera por delante. Vallecas es una estación intermedia antes de que afronte su gran objetivo: jugar en el Real Madrid, club al que pertenece.
En Concha Espina pensaron que todavía es un diamante por pulir. Al abrigo del carismático barrio de Vallecas, De Tomás juega cedido al compás del gol