Presión para Moyá
La actuación de Rulli contra el Rayo, lejos de contribuir a apagar el fuego declarado en la portería de la Real, sólo lo ha avivado. Señalado como uno de los principales responsables de no ganar el partido, a 48 horas de jugar de nuevo en Anoeta ante al Valencia, el debate sobre quién debe ser el elegido por Garitano cobra más temperatura que nunca. Debate, como tal, no existe, ya que el común de los seguidores no entiende que el técnico de la Real opte por el argentino cuando, haciendo un balance de las actuaciones de ambos como metas realistas, el bagaje, a ojos del seguidor de a pie, es claramente favorable a Moyá. Tanto en términos del sosiego y la sensación de dominar el oficio que ha ofrecido cada vez que ha jugado, como en lo tangible, el balance entre aciertos y errores. En los últimos tiempos, Rulli sale muy penalizado en este último apartado ya que son muchas más las acciones en las que ha contribuido a perder puntos que los que ha ayudado a ganar. Uno de los argumentos de Garitano para defender su elección para la portería es que si Rulli tiene un problema, que lo tiene, sea de autoestima o de técnica, hay que ayudarle. El problema es que mientras se ayuda a uno, proporcionalmente se le deja de ayudar al otro, ya que cada día que no juega Moyá y se repiten los desaciertos de Rulli, se aumenta la presión sobre el balear que, cuando le toque jugar, se va a pretender que sea infalible. Y nadie lo es. La titularidad de Moyá debería haber sido más natural, ya que la mayoría entiende que es mejor que Rulli y, sin embargo, cuando llegue, si llega, va a ser forzada lo que añade presión a un puesto de por sí demasiado tensionado por la decisión de insistir con quien casi todos entienden que debe ser el segundo portero