Illarra y las extrañas vicisitudes del poseedor del brazalete
Si sigue en el banco, ya habrá sido suplente más veces con Garitano que en dos años
Asier Garitano aseguró ayer que la extraña decisión de sentar a Asier Illarramendi no esconde ningún motivo extradeportivo, pero la posibilidad de que vuelva a prescindir de él hoy en Anoeta descubriría un dato llamativo. El actual capitán de la Real sólo empezó un encuentro como suplente en cada una de las dos temporadas precedentes con Eusebio e Imanol en el tramo final de la pasada. Si Garitano no le hace jugar de salida, ya habrá sido reserva más veces en siete encuentros con el de Bergara que en las dos campañas anteriores completas.
Sin ir más lejos, Illarra disputó 36 encuentros la pasada temporada, 35 de ellos como titular y 34 completos, los 90 minutos. Los dos envites que dejó de jugar fueron por sanción y en el que comenzó de suplente, en La Rosaleda, terminó jugando 15 minutos. Por lo tanto, disputó 3.164 minutos de 3.420 posibles, un 92,5 %. En este curso, completó los dos primeros partidos ante Villarreal y Leganés, fue sustituido en los dos siguiente frente al Eibar y al Barcelona, se quedó sin jugar un solo minuto en Huesca y salió en el 61’ del duelo ante el Rayo. En suma, ha estado en el verde 376 de los 540 minutos disputados, un 69,6 %.
De escudo a prescindible
Es evidente su escaso nivel en los primeros envites -a pesar de su golazo en Leganés- y palmaria su incomodidad en el campo, con un estilo de juego al que no termina de aclimatarse. Era el líder del juego asociativo desde atrás con Eusebio, pero en el estilo más directo, de balonazo y segunda jugada, de Garitano no se encuentra. En todo caso, nadie habría pensado que se volvería tan prescindible. Y menos tan temprano.
Garitano relató ayer que la comunicación con Illarra y Zurutuza es constante y rechazó esa teoría de que los dos primeros capitanes le han manifestado su malestar por una forma de jugar poco acorde con las condiciones de los futbolistas.
Así las cosas, la ikurriña no encuentra un gemelo en el que instalarse y no está claro que hoy la vuelva a portar Illarramendi, otrora escudo de la Real, ahora, cuanto menos, hombre de rotación