El derbi como medicina para la Real
El equipo se siente hasta la fecha más cómodo lejos de Anoeta pero deberá mejorar sus prestaciones si no quiere fracasar en San Mamés
En apenas cinco días, la Real se enfrentará a un nuevo examen. Y no será uno cualquiera. El derbi de San Mamés representa un indudable punto de inflexión para cualquier proyecto txuri urdin. No lo va a ser menos para esta Real de Garitano, tan necesitada de encontrar un sólido punto de apoyo que le reafirme en su rumbo. Nada mejor que un Athletic-Real en Bilbao para intentarlo.
El partido sitúa el listón de la exigencia cerca del máximo. Primero por la repercusión que siempre tiene el resultado en un derbi. Segundo, porque debido a la intensidad que está aplicando el Athletic con Berizzo (marca al hombre por todo el campo) la cita no admite el mínimo síntoma de debilidad y tibieza. Y tercero, porque después de la visita a San Mamés la Liga vuelve a detenerse, con lo que el prisma con el que se convivirá durante dos semanas sin competición será diametralmente opuesto en caso de victoria o de derrota.
La Real, hasta la fecha, con todos sus altibajos, demuestra sentirse más cómoda fuera de casa donde sólo ha perdido en Ipurua, un partido que no debió perder. Dos victorias y un empate jalonan, por lo demás, su trayectoria como visitante.
Es en Anoeta donde afloran buena parte de sus deficiencias, un perfil futbolístico del que se deberá alejar si no quiere fracasar en San Mamés, un partido que puede servir de medicina pero que también puede meter a la Real en la UCI