Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

Londres sí vio a The Best

Tras dos postes, firmó un doblete en otra exhibición en Wembley y sigue ‘pichichi’ de Champions con cinco goles

- Sergi Solé Barcelona

Wembley es la Catedral y Leo Messi es el fútbol. Con mayúsculas. No hay más. No existen palabras para describir el descomunal partido de un genio que va desbocado en su propósito de reconquist­ar la Champions esta temporada. Para la estadístic­a estarán dos goles al Tottenham, su 31ª víctima en el torneo, y más camuflados en la historia quedarán dos palos (son ya nueve este curso), pero su exhibición de anoche fue antológica. Como otras tantas en su carrera. Ni Cristiano Ronaldo ni Luka Modric ni nadie podrán presentar nunca un vídeo como el de Leo

contra el equipo de Mauricio Pochettino, impotente ante un vendaval de fútbol del minuto 1 al último y una voracidad sin par.

Nueve días después de ver cómo el croata del Madrid era coronado el mejor futbolista del año en la Gala de la FIFA en el London Palladium, el indiscutib­lemente número uno del balón quiso dejar las cosas claritas en Wembley, aunque Leo está fuera de catálogo. “No es humano”, como afirmó Gary Lineker. Messi es otra categoría, como el balón que puso a Jordi Alba en la jugada del 0-1 al minuto y medio de partido para que Coutinho acabara abriendo la lata.

Wembley, el estadio donde su Barça enamoró al mundo con su fútbol en la final de 2011 metiendo además un gol pleno de rabia al Manchester United, vio de nuevo un futbolista imparable que ya endosó tres goles al PSV. La mala racha liguera, con dos puntos de nueve, enrabietó aún más a la bestia, omnipresen­te en el juego azulgrana, desequilib­rante y peligroso con la bola en los pies e incansable aun con el marcador a favor. Como si le fuera la vida en cada pelota, una presión muy poco habitual en un talento prodigioso como él casi en el córner local acabó derivando en la jugada que mató el partido en el 90’. Jordi Alba robó la bola, Suárez la dejó pasar y Leo marcó a placer ante Hugo Lloris, el portero que le noqueó en octavos del pasado Mundial. Entonces, sí, suspiró, con el triunfo en el saco. El palo derecho de la portería del segundo tiempo se había aliado antes con el francés para ahorrarle su segundo póquer continenta­l. El primero fue al Arsenal en 2010, eterno rival de los ‘spurs’. Y fue tras esos dos postes en dos minutos, replicados por un gran gol de Harry Kane, cuando Messi se vengó con el 1-3 tras abrir el juego a Alba y ver cómo Coutinho y Suárez engañaban a la zaga. Con un toque sutil, el balón besó la red.

96 toques y 8,2 km

Le cosieron a palos pero fue en vano para frenarle. Únicamente Alba (107) tocó más balones que Messi (96), que corrió 8,2 kilómetros y aventaja con cinco los tres goles de Neymar, Dzeko y Dybala

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FOTO: GETTY IMAGES Leo Messi, un marciano en Wembley El delantero argentino recibió las felicitaci­ones de Suárez, Alba y Rakitic tras marcar el 1-3 justo después del tanto de Harry Kane

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