El Nápoles castiga a un Liverpool irreconocible
Un gol de Insigne en el 90' premió la insistencia del nuevo líder ante un rival conservador
El Nápoles castigó ayer el planteamiento conservador de un irreconocible Liverpool en San Paolo (1-0) y pasa a liderar el competidísimo grupo C de la Champions con 4 puntos tras debutar con un 0-0 ante el Estrella Roja. Un gol en el minuto 90 de Lorenzo Insigne condenó a los ‘reds’ a pasar a compartir el segundo lugar junto al Paris SG, ambos con 3 puntos.
El partido fue muy plano en la primera parte. Ambos equipos salieron muy precavidos, con miedo a cometer un error que pudiera costarles caro en esta igualada liguilla. El Liverpool permaneció agazapado esperando recuperar un balón para dar uno de sus temibles zarpazos, pero ayer no le salió nada y apenas se movió del plan concebido por Jürgen Klopp, quien por un día aparcó su característico fútbol vertical y ofensivo, ese que le llevó a la última final de la Champions, por uno más especulativo y práctico. El tridente Salah-Firmino-Mané pasó prácticamente desapercibido y Naby Keita se retiró lesionado en el 19’.
El Nápoles buscó más el triunfo y se hizo acreedor a él en la segunda mitad. Carlo Ancelotti innovó con tres centrales y José Callejón de carrilero por la derecha, un 3-5-2 que apenas dejó maniobrar y mantener el balón en sus pies al Liverpool.
Insigne, con un disparo que rozó el poste (10’), y Arkadiusz Milik, con un trallazo centrado tras revolverse que repelió Alisson (32’), fueron las únicas ocasiones reseñables de la primera parte. Tras el descanso el Nápoles apretó. Milik y el sevillano Fabián Ruiz pusieron a prueba a Alisson. El polaco remató fuera pe- ro quien más cerca estuvo de marcar fue su relevo, Dries Mertens, en un centro de Mario Rui al primer palo que remató al larguero (81’).
Al final la asistencia tuvo premio. El omnipresente Callejón se escapó por la derecha y su pase de la muerte lo empujó Insigne lanzándose al cés- ped con la derecha. El gol hizo justi- cia al equipo que buscó más el triun- fo. Y esta vez no fue el Liverpool