DOBLE CARA El reloj de posesión
El GBC mostró su mejor versión al inicio del partido contra el Tenerife pero no aguantó lo suficiente Los canarios supieron apretar en defensa a partir del minuto 15, forzar la prórroga y lograr el triunfo
El Gipuzkoa Basket es el único equipo que todavía no ha ganado partido alguno en la Liga ACB. Y eso que ha tenido en sus manos la victoria en dos ocasiones. Primero en Zaragoza donde el propio entrenador Sergio Valdeolmillos reconoció que lo habían perdido ellos por una serie de decisiones mal elegidas en los momentos finales, y el de este domingo al no poder confirmar en el último tramo la superioridad de los primeros quince minutos.
Más allá de la polémica jugada del final de posesión, los árbitros consideraron que el balón no había tocado aro tras el lanzamiento de Dani Pérez y la última jugada de 5.9 segundos correspondía al Tenerife, lo cierto es que el Gipuzkoa Basket ofreció en esos primeros quince minutos su mejor versión hasta la fecha. Pasó por encima de los canarios en el primer cuarto y alargó su dominio en el juego y en el marcador otros cinco minutos más. Justo hasta que Txus Vidorreta, entrenador del Iberostar, logró poner en la cancha un quinteto titular que le dio resultado. Con los triples de Lucca Staiger, la dirección de juego y velocidad de Ferrán Bassas, la experiencia de un jugador que siempre suma como Javi Beirán y el trabajo tanto por dentro como en los tiros lejanos de Pierre Gillet. Ahí se empezó a igualar el partido y a entrar en problemas el GBC.
Para entonces, los dos mejores jugadores el domingo en el cuadro donostiarra, Garrett Nevels y Vyacheslav Bobrov se habían encargado de poner contra las cuerdas al Tenerife. El escolta estadounidense sería en los momentos finales otro de los grandes protagonistas positivos del duelo, con seis puntos seguidos a la salida de un tiempo muerto que situó el marcador 63-60 y le daba al GBC la posibilidad de entrar en los tres últimos minutos por delante. No obstante, Nevels estuvo muy solo a la hora de resolver. Ni Sekulic, ni Gutiérrez, en el banco con cinco faltas, tampoco Corbacho, que estuvo sentado hasta a falta de 1,15 para terminar, tiraron del equipo. No fue el mejor día de Salvó ni de Dani Pérez y el equipo, que a pesar de todo ganaba por dos puntos a 5,9 del final, vio como una genialidad de Thad McFadden llevaba el choque a la prórroga con un Tenerife más confiado, dotado de mayores recursos y sin eliminados.
Así las cosas, el GBC pasó de tener muy cerca el triunfo a volver a perder y ceder más distancia en relación a sus rivales directos. Ganaron Breogán y Murcia de los equipos que todavía no lo habían hecho, por lo que los donostiarras son colistas en solitario tras estas cuatro jornadas disputadas.
Fue el protagonista involuntario de los prolegómenos del partido. Se averió y no se pudo arreglar por lo que, además de empezar el encuentro quince minutos tarde, primero el Tenerife y después el GBC tuvieron que atacar en una canasta en la que no existía información del tiempo que quedaba de posesión. Como reconoció el propio Txus Vidorreta en su rueda de prensa posterior, “al GBC incluso le ha perjudicado más que a nosotros porque ha tenido que disputar 25 minutos sin esa información al jugarse una prórroga”. En los dos primeros cuartos el perjudicado fue el Tenerife, que entre este inconveniente y su mala salida encajó un parcial de 26-15.
Lo que se atisba es que la falta de físico en algunos jugadores del GBC le está pasando mucha factura a la hora de terminar los partidos. Referentes como Gutiérrez, Sekulic o Burjanadze, que el domingo no jugó por una lumbalgia, no llegan al desenlace con la capacidad de resolver. Ante el Tenerife el domingo les faltó poco, sobraron esos casi seis segundos finales, en Zaragoza lo tuvieron también en la mano. La única certeza que queda de estos cuatro partidos es que no sería descabellado pensar que el Gipuzkoa Basket a estas alturas podía estar en la clasificación 2-2. Pero la realidad es que está 0-4. Por eso urge apuntarse cuanto antes la primera