BANQUILLOS ANTAGÓNICOS
Eusebio regresa a Anoeta, donde se encontrará una Real muy distinta a la que dejó en marzo, cuando fue destituido
Tras 17 días sin fútbol, la Real retoma la competición el lunes. Visita Anoeta el Girona. A priori no es el partido más atractivo de la temporada, pero el encuentro está marcado por el regreso de Eusebio Sacristán. Hace sólo siete meses que el entrenador pucelano fue destituido en Donostia, pero viendo la Real de ahora y la de entonces parece que ha pasado una década desde que el de La Seca se sentara por última vez en el banquillo de Anoeta.
El proyecto de Garitano tiene unos fundamentos prácticamente antagónicos a los que rigen el ideario del actual preparador del Girona, que se encontrará el lunes una Real muy diferente a la que hizo jugar tan bien al fútbol durante la campaña 16/17. Del ‘once’ tipo de aquella temporada, Rulli es suplente, Odriozola, Iñigo Martínez y Yuri están en el Madrid y el Athletic, respectivamente, Prieto se ha retirado, Zurutuza lleva cuatro partidos seguidos como suplente y Carlos Vela está en México. Únicamente Illarramendi, Willian José, Oyarzabal y Navas parecen tener para Garitano la misma importancia que para Eusebio.
Y tan sustancial como el cambio de nombres ha sido el cambio de concepto. Esta nueva Real es muy distinta de la vieja: no tiene reparos a la hora de replegarse, es más versátil, no vive de la posesión, aunque marca menos goles que hace un año. En la octava jornada de la pasada campaña, los txuri urdin tenían dos puntos más que ahora. Esta quizá sea la mayor similitud entre dos técnicos muy distintos. Sus diferencias van desde su forma de ser, de actuar y de relacionarse con el entorno del club hasta el propio terreno de juego. En sólo una temporada, la Real ha dado un giro radical y él golpe de timón dado por Olabe respecto a lo que propugnaba Loren quedará en evidencia el lunes sobre el tapete de Anoeta. Se ven las caras la vieja Real y la nueva Real