Pacheco y Pina ponen líder al Alavés
El portero detuvo a un Celta que mereció más pero que sigue con su línea y deja a Mohamed más discutido
El Alavés es un histórico líder temporal de LaLiga después de un brillante inicio de campeonato. Lo logró después de superar al Celta de Vigo por la mínima (0-1), con un fútbol práctico y gracias, sobre todo, a un imbatible Pacheco, que pasó de ser duda para el duelo y providencial.
No empezó mal el Celta, que seguramente mereció más, pero su mala dinámica de resultados se notó cuando el equipo pisó los últimos metros del campo del Alavés. Brais fue el primero en probar a Pacheco, que sería la kryptonita de Antonio Mohamed, que después de este resultado está más discutido que nunca. Siguieron insistiendo los vigueses, con un tiro de Boufal, titular en detrimento de Pione Sisto, que se fue alto. El primer aviso por parte vasca lo tendría Manu García, con dos llegadas que no encontraron potería. Entre ambas, Aspas se encontraba de nuevo con Pacheco, mientras el Celta dominaba pero seguía desperdiciando ocasiones, lo que animó al Alavés a dejar su posicionamiento defensivo más a menudo y disfrutar de transiciones. Eso sí, sin olvidarse de defender, como Laguardia, que le arrebató un mano a mano a Eckert.
La segunda mitad empezó con el mismo guión. Aspas apuró un lanzamiento de falta y Pacheco volvió a volar para evitar el tanto de un Celta que rozaba el desespero. Más aun cuando, minutos después y en un balón llovido al área, Laguardia la metía en el punto de penalti para que un oportunista Pina la acompañara directa a la red (58’). Se rompió el conjunto gallego, y con él Balaídos, que premió con una gran pitada a Mohamed cuando decidió retirar a Beltran del campo para dar entrada al inédito Emre Mor, en busca de más llegada.
No lo hizo para nada mal el turco. Rompió líneas y desequilibró, pero no fue suficiente porque la figura de Pacheco estaba ahí para frenar a los vigueses una y otra vez. De nuevo Brais, asistido maravillosamente por Aspas, veía como las manos del meta separaban su tiro del marco. Luego le llegó el turno a Boufal. Disparó seco desde la frontal, el balón lo desvió ligeramente un defensor y Pacheco tiró de reflejos para una sensacional intervención. Entre todas estas pudo sentenciar el Alavés, con un precioso disparo de exterior que entre Sergio y el larguero no se convirtió en gol.
El Alavés y Abelardo, gran artífice, sueñan, mientras Mohamed puede tener hechas las maletas