Dembélé desaparece
El partido del Sevilla acabó de evidenciar el divorcio del delantero francés con el técnico y pesos pesados del vestuario
Ousmane Dembélé no jugó ni un minuto frente al Inter de Milan . Ni tan siquiera salió a calentar. Ernesto Valverde apostó antes por Rafinha y cuando tuvo que hacer cambios optó por Semedo , pasando a Roberto al centro del campo, Arturo Vidal y Munir. Ni rastro del francés que vio todo el partido desde el banquillo. Algo que ya vivió ante Tottenham, Valencia y Sevilla, después de nueve titularidades consecutivas.
En verano, la figura de Dembélé estaba en el aire a pesar que desde el club se le declarara intransferible. Fuentes de la entidad ya reconocían antes de abrirse el mercado que una oferta importante como mínimo sería estudiada. Finalmente, su gol en la Supercopa y su buen inicio de curso hicieron creer de nuevo en el francés. Pero fue un espejismo. Sus problemas disciplinarios se volvieron a repetir y especialmente queda por corregir su puntualidad en los entrenamientos.
Desde el club le habían dado facilidades para mejorar su integración. Una cocinera para cuidar su
alimentación y, si lo necesitaba, un chófer. Pero ‘El Mosquito' prescindió de ambos servicios. Su adaptación nunca ha acabado de ser buena. La lesión de la temporada pasada tampoco le ayudó. Además, futbolísticamente es anárquico y eso penaliza en el juego del Barça.
Su juventud y falta de maduración eran el argumento –o la excusa– hasta ahora para tener paciencia. Pero su actitud contra el Sevilla sentó fatal tanto al técnico como dentro del vestuario. El francés no digirió bien ser el sacrificado en el once a favor de Coutinho. El domingo, tuvo que salir tras la lesión de Messi . Tardó mucho ante el estupor de Valverde, que le pedía rapidez, e irritó a sus compañeros, que jugaron con uno menos más tiempo de lo deseado. Una vez dentro, su disposición dejo mucho que desear. Una desgana impropia de quien quiere triunfar en el Barça.
Las reacciones no tardaron en llegar. Rakitic ya le dejó el recado en zona mixta, mientras Valverde le dio el toque en la rueda de prensa previa al Inter. Dentro del vestuario también hubo comentarios al francés. El lunes algunos pesos pesados de la plantilla recriminaron a Dembélé su actitud frente al Sevilla y durante los últimos meses.
A la vez, el cuerpo técnico dijo basta y lo sentó frente al Inter. Castigo para el joven que debe aprender de sus errores. Si se lo toma como un toque de atención y reacciona, Dembélé podrá corregir su situación. Si mantiene su actitud, el francés podría sentenciarse él mismo