Los cracks deben aparecer

Es inevitable no acordarse de Aitor Zabaleta cada vez que uno se acerca a la cancha del Atlético de Madrid, aunque desde el pasado curso sea otra, un punto más fría. Y mucho más este año, que se cumplen 20 del crimen. Por lo menos, de unos años a esta parte, ya no manchan la memoria del incondicional asesinado que ahora da nombre a todo un graderío del nuevo Anoeta. Resultaba sangrante acudir al Calderón y que le dedicaran cánticos aberrantes y que nadie hiciera nada. Han cambiado muchas cosas en estos cuatro lustros, entre otras que la condición del Atlético ha pasado de ‘pupas' a aspirante a ganar los títulos más jugosos. Todo ello lo ha provocado un Simeone, que pasa por ser la inspiración de Garitano. El técnico realista también aspira a convertir en ganadora y luchadora la mentalidad de todos los realistas. Para derrotar a este Atlético en uno de los feudos más difíciles de Europa, será necesario que la Real se ponga a la misma altura en términos de agresividad y motivación, en lectura de partido y colocación. No es difícil que esto suceda en la Real de Garitano. Es mucho más complicado que, además de eso, goce por fin de cierta continuidad e ideas con el balón, algo que apenas se ha visto desde que comenzó la pretemporada. Para eso es necesario que aparezcan por fin los cracks, los mejor pagados: Oyarzabal, Illarra y un Willian del que ayer Garitano dijo poco menos que no podía chutar por su lesión. Mal por el técnico que le pone en esas condiciones, por Olabe porque si juega es porque no hay alternativas y por los médicos porque ya han pasado dos meses desde que se rompió. Si asoman los buenos, se puede soñar, como hacía Aitor