El Eibar fue el cabeza de turco
Iago Aspas evita la destitución de Antonio Mohamed liderando la goleada del Celta ante un Eibar generoso en todos los sentidos
El Eibar se fue a Vigo a hurgar en la herida del Celta y volvió trasquilado y goleado. Seguramente no mereció tal castigo, pero los gallegos, como casi siempre, encontraron en Iago Aspas el clavo ardiendo al que agarrarse para sumar tres puntos, salvar la cabeza de su técnico y llenar de dudas a un Eibar demasiado irregular.
Como era de esperar el Celta salió a morder. Y es que ya se sabe que cuando estás acorralado tienes dos opciones: rendirte o tirarte al cuello y el equipo vigués eligió la segunda opción. A los tres minutos Boufal ya había explotado el latifundio que había a la espalda de Peña para poner a prueba a Riesgo; y sólo unos segundos después fue Juncà quien entró como cuchillo en la mantequilla por esa misma banda para servir un centro raso al corazón del área, donde Aspas se había hecho fuerte, para que el de Moaña recogiera el balón, levantara la cabeza y, con sutileza, acariciara el balón para superar a Riesgo y aflojar el cuello de la camisa de Mohamed.
El gol actuó de reactivo para un Eibar que rápidamente se puso manos a la obra para buscar el empate. El Celta por el contrario se encogió, replegó sus líneas incapaz de salir con el balón para vivir unos minutos de angustia en los que las ocasiones armeras se fueron sucediendo. Primero fue Sergi Enrich quien remató con la puntera en área pequeña un taconazo de Kike García tras centro de Rubén Peña, pero Sergio reaccionó con rapidez para tapar su portería y evitar el empate. Acto seguido De Blasis remató en carrera dentro del área un centro de Kike García, aunque lo hizo flojo y a las manos del meta vigués, al que no se le alteró el pulso. Sólo tres minutos más tarde el centro fue de Cote y el cabezazo de Kike García, aunque sin el suficiente veneno.Y para terminar fue Diop quien, con la coronilla, cabeceó el córner al primer palo de Jordán para que el esférico se marchara ligeramente alto.
Balaídos se temía lo peor porque su equipo estaba cogido con pinzas. Pero cuando en tu delantera tienes a un tipo como Aspas siempre puedes esperar que, como los superhéroes, salga al rescate. Y así, en el minuto 35, el gallego salió a la carrera desde su campo para recibir el balón, conducir unos metros, ver la posición adelantada de un Riesgo que volvía a la carrera y poner el balón lejos de su alcance con una preciosa vaselina. Golpe al Eibar en la parte baja del estómago, de los que te quitan el aire.
Aún así, los de Mendilibar encontraron el resuello suficiente para generar una última ocasión, un disparo con el interior de Kike García que se fue mirando a la escuadra de reojo. Unos tanto y otros tan poco.
Mismo guión
En la segunda mitad el guionista no quiso improvisar y el partido siguió por los mismos derroteros. Sergi Enrich lo intentó con un cabezazo demasiado cruzado. Jordán probó fortuna con un misil que Sergio consiguió sacarse de encima, pero una contra generada en banda izquierda en la que Cote y Bigas pecaron de pardillos -Mendilibr les cogió la matrícula y les sustituyó- terminó con Brais Méndez fusilando a Riesgo desde el borde del área. El pescado estaba vendido. Y bien barato.
De ahí hasta el final el Eibar fue una sombra. Para colmo, Enrich se tuvo que ir lesionado en el gemelo y Aspas redondeó su gran noche celebrando su reciente paternidad con su tercer tanto al aprovechar una pésima cesión de Arbilla. Pudo hacer incluso un cuarto acto seguido, pero su remate se fue por poco.
El castigo ya era grande. Probablemente excesivo. El ‘Turco’ Mohamed salva por ahora su cabeza. El Eibar fue el perfecto cabeza de turco
El Celta encontró un latifundio a la espalda de Peña que explotó para iniciar la goleada