PRIMER ASALTO
Márquez celebró su reciente título firmando la quinta pole consecutiva en Phillip Island, sexta del año El siguiente reto es romper la maldición: cada vez que llegó con el título en el bolsillo cayó en carrera
Desde 2014 Marc Márquez ha adquirido un compromiso con el circuito de Phillip island, uno de los que se corre a izquierda como a él le gustan. Aunque la cosa se le complique los domingos por la maldición que arrastra cada vez que llega con el título de MotoGP en el bolsillo, los sábados Marc Márquez es infalible. Por quinta vez consecutiva el piloto de Cervera firmó la pole del Gran Premio de Australia e igualó la gesta alcanzada por el local Casey Stoner que partió de la primera posición de la parrilla de 2008 hasta su retirada en 2012, aunque en su caso para llegar también primero a la línea de meta, cosa que Marc sólo ha conseguido en 2015 y 2017.
Márquez llegó el miércoles a Phillip Island con la firme intención de que a la tercera fuera la vencida y rompiera el hechizo. Cuando ha llegado con el título de MotoGP en el bolsillo conquistado el domingo anterior en el circuito japonés de Motegi se cae en carrera.
En 2014, su año más legendario y ya con el segundo título MotoGP en la mochila, Marc salió directo desde la pole a por su duodécimo triunfo imponiendo un ritmo que fue inasequible a los demás. Cuando quedaban 10 vueltas llevaba más de cuatro segundos sobre Rossi y Lorenzo, redujo su ritmo y en la bajada de la curva 10, con la moto recta, tiró fuerte de frenos y se le fue la moto de delante sin avisar y cedió el triunfo a Rossi.
En 2016 el título en Motegi llegó por una auténtica carambola al sumarse su triunfo con los ceros de sus rivales directos. Llegó a Phillip Island, firmó la pole como en él es habitual y esta vez la caída llegó mucho antes, en la vuelta 10 cuando le sacaba 2”4 a Crutchlow posterior vencedor. Márquez también había elegido el duro delantero y en la curva 4 se pasó de frenada, tiró fuerte de frenos y acabó por los suelos, el primer cero de aquel año para él en una carrera.
Este 2018 no ha tenido buenos principios en Phillip Island y tanto el como él como el resto de Honda llevan un complicado fin de semana con problemas de confianza en el tren delantero y falta de tracción. Crutchlow causará baja tras su gravísima caída del FP2 y Marc Márquez antes de la carrera había firmado dos caídas para elevar el listón del año hasta las 20, una primera en la curva 10 en el FP1 del viernes y este sábado en el FP3 matinal en la curva 4, eso sin contar salidas de pista y múltiples sustos sufridos sobre la RC212V.
Pero en la sesión de calificación Márquez fue el que mejor leyó las difíciles condiciones meteorológicas del día. Durante los 15 minutos de sesión la ligera lluvia fue protagonista al igual que las fuertes ráfagas de viento y el frío. Todos se apilaron rápido al final de la calle de boxes cuando justo empezó a chispear. Marc tenía previsto hacer tres intentos con el neumático blando antes de pasar por el taller y ya con la pole provisional en el bolsillo vio que la llovizna les daba una tregua y en lugar de entrar al pit-lane siguió dando gas y se lanzó a tumba abierta a dar una ulterior vuelta tras la magnífica rueda de Alex Rins. Y es que las Suzuki han brillado todo el fin de semana y eran favoritas a la victoria aunque lo hicieran saliendo cuarto Iannone y quinto Rins. Márquez voló tras Rins y aprovechó la aspiración en la recta para colocar un tiempazo en lo más alto, 1’29.199. No era el mejor crono del fin de semana (Iannone en el FP2 acreditó 1’29”131) pero dadas las condiciones lo mejor que se podía hacer. Y la jugada fue maestra porque en los minutos finales volvió a chispear y eso complicó el último intento de Viñales que tras ir en casco rojo no pudo con el crono de Marc por 0”310