WILLIAN JOSÉ, EL AÑORADO

La Real echa en falta su mejor versión: sólo ha marcado dos goles en jugada y ha disparado 7 veces Garitano le alineó en Madrid pese a decir la víspera que no podía chutar y se fue muy enfadado al ser sustituido

La salida de Willian José del terreno de juego en el minuto 68, cuando Garitano ordenó su sustitución, era el reflejo de varias cosas: el futbolista brasileño se marchó enfadado y quiso dejar constancia de ello camino del banquillo de la Real.

Con su cabreo, el jugador ahondaba en la sensación que transmite sobre el campo: no está disfrutando. Ante el Atlético de Madrid se marchó sin disparar a portería, sin apenas intervenir y sin hacerlo con fortuna en las contadas ocasiones en las que le tocó relacionarse con el balón. En ocasiones dio la sensación de vivir en una isla, aislado del escaso juego que produjo la Real en el campo colchonero.

No es ninguna novedad que el ariete no se siente cómodo en la nueva Real. Este diario ya informó que tras el partido contra el Zaragoza de pretemporada, el ‘12’ fue uno de los que le dijo a Garitano que no se sentían a gusto con esta forma de jugar. La escenificación que se produjo tras su sustitución en Madrid puede dar lugar a interpretar que sigue sin estar cómodo.

Pero más allá de gestos y semblantes, lecturas que siempre están cargadas de subjetividad, están los fríos datos, siempre objetivos y clarificadores. Y estos constatan que no estamos viendo al verdadero Willian José, lo que lastra de forma importante a la Real, toda vez que el de Porto Calvo es capital, tanto en la finalización como en la construcción.

La lesión, clave

Para analizar las estadísticas que arrojan la participación de Willian José en esta Liga conviene ubicarse en un punto de partida: Ipurua, donde el atacante blanquiazul se produjo una rotura fibrilar en el aductor derecho nada más marcar el penalti. Esto ha condicionado por completo su inicio de campa-

TRES GOLES La pasada campaña había hecho las mismas dianas en Liga

INCÓMODO Transmitió en agosto que no se sentía a gusto con este estilo

ña. Se recuperó antes de lo estandarizado para la lesión que padeció y sólo se quedó fuera de la convocatoria ante el Barcelona. No obstante, no ha estado al 100% en ningún momento. Contra el Huesca se quedó en el banquillo, frente al Rayo entró en la segunda parte, contra el Valencia fue titular con dolor, a Bilbao fue para hacer bulto, ya que ni siquiera pudo entrenarse la víspera después de una recaída, ante el Girona fue suplente y frente al Atlético volvió a la titularidad.

Quizá esto fue lo más sorprendente, porque jugó de inicio un día

después de que su entrenador dijera en rueda de prensa que no podía disparar, lo que contribuye a envolver su caso en un halo de misterio. No trasciende en qué estado se encuentra realmente, ya que es difícil saber si, con sus palabras la víspera de viajar a Madrid, Garitano jugaba al despiste o decía la verdad.

El caso es que entre lesiones, recaídas y demás misterios que se quedan de puertas hacia adentro, el brasileño está firmando un inicio de campaña gris. Y la Real añora su mejor versión: hasta la fecha ha marcado tres goles y, al ser uno de penalti, sólo dos han llegado en jugada, ante el Villarreal y el Rayo Vallecano.

Lleva los mismos tantos que la pasada campaña en esta jornada (aunque entonces había hecho cuatro más en la Europa League), pero su influencia en el juego está siendo mucho menor, como indica el hecho de que únicamente ha dado 120 pases en los siete encuentros que ha disputado.

Aunque más alarmante que su acusado descenso en la participación en la elaboración es su escaso bagaje en la finalización. Sólo ha disparado en siete ocasiones en toda la Liga, poniendo sólo seis disparos entre los tres palos. Su eficacia, eso sí, no se ha resentido. La mitad de sus tiros a puerta han sido gol.

Más allá de lo tangible, el brasileño no se está mostrando igual de eficaz a la hora de sujetar el balón y en el último partido, en el Wanda Metropolitano, se le vio sufrir sobre el terreno de juego como pocas veces se le ha visto vestido de txuri urdin. Fue su versión más alejada de la que ha acostumbrado a dar desde que llegó a Donostia y la Real le necesita cuanto antes a tope para relanzarse