“Se hacía duro ir a entrenar”
Gaizka Maiza reconoce que la victoria ante el Gran Canaria da “tranquilidad y confianza” y piensa ya en la salida a Santiago
A Illunbe han regresado las sonrisas. La victoria lograda por el Delteco GBC ante el Herbalife Gran Canaria ha dado “tranquilidad y confianza” al equipo. Así lo confirma Gaizka Maiza, uno de los destacados en el encuentro del pasado domingo. El de Ibarra señala que “llevábamos dos tres semanas entrenando a un buen nivel y veíamos que los resultados no llegaban. Este triunfo significa mucho porque estábamos en buena dinámica pero no se reflejaba en los resultados”.
Muchos fueron los factores que se dieron para que la victoria se quedara en Donostia, pero la palabra equipo sobresale por encima del resto: “Para ganar los partidos todos tenemos que aportar cosas. Es lo que pasó. Cada uno hizo lo que tenía que hacer pero pensó en el grupo”. Donde más se vio la solidaridad de cada uno de los componentes de la plantilla fue en defensa, poniendo Gipuzkoa Basket un “nivel alto”, circunstancia que “nos conviene” para “rebotear y salir rápido”. En el seno de la plantilla necesitaban como el comer estrenar el casillero de triunfos. El base guipuzcoano reconoce que “no sé si obsesionados, pero estábamos inquietos”. Y es que “cuando estábamos perdiendo hay que venir a entrenar con buena cara todos los días y se hace duro”.
Maiza colaboró con cuatro puntos y ocho de valoración en los ocho minutos de juego que tuvo. “Siempre que estoy en el banquillo estoy preparado para aportar. Es lo que hice. Salí con muchas ganas, jugué con agresividad”, analiza.
A por la segunda
La victoria supone una bocanada de aire fresco para el Delteco GBC, pero la clasificación no ha cambiado para los guipuzcoanos. Siguen ocupando el último puesto. De ahí que “alcanzar las dos victorias sería muy importante”, siendo la primer oportunidad el sábado ante el Obradoiro. Un conjunto el gallego que “siempre ha sido un equipo que lucha, especialmente en Fontes do Sar donde la afición aprieta mucho”. Gipuzkoa Basket cuenta con un espía de excepción, Corbacho, que estuvo siete temporadas en Santiago y “les conoce a las mil maravillas”. Cambiar la dinámica está en sus manos