Piqué y Suárez dan la vuelta

No es la primera vez. Ni será la última. El guión se ha visto muchas veces: el Barça sale concentrado, juega bien, se adelanta en el marcador, lo ve fácil y baja la intensidad. El rival marca y se viene arriba. Eso fue lo que pasó ayer en Vallecas, con un Rayo que supo hacer transiciones rápidas y defendió bien hasta que Piqué y Suárez le dieron la vuelta. El central se colocó de delantero centro y le bajó un balón a Dembélé e incomodó a la defensa vallecana. Al final metió balones largos y Suárez logró el gol del triunfo que supo a gloria a un Barça que en el conjunto del encuentro no mereció los tres puntos. Pero su reacción indicó orgullo.

EL GRAN PROBLEMA DE ESTE BARÇA en los últimos años ha sido, casi siempre, la autorregulación. Sin Messi, los jugadores dieron un paso adelante en los tres partidos más difíciles sobre el papel: Sevilla, Inter y Madrid. Contra el Rayo salieron con el equipo de gala, ganas y buen fútbol. Se pusieron delante y apareció el fantasma de la autorregulación. El Rayo se aprovechó con inteligencia y velocidad en las transiciones y le complicó el partido a un Barça desconocido en la segunda parte, sin intensidad y sin capacidad de generar peligro.

CON LA ENTRADA DE ARTURO VIDAL mejoró la presión en el mediocampo y con Piqué de boya y Suárez de Killer el Barça logró remontar un partido que tenía perdido. Con ese 2-3 dio un golpe a la Liga en una jornada en la que falló el Atlético ante el Leganés. Así, este equipo ha logrado ganar todos los partidos que ha jugado hasta ahora sin Messi. El último, el de ayer, fue el único que jugó fuera de casa, lo que parece una asignatura pendiente ante equipos modestos.

VALLECAS HA DE SERVIR COMO LECCIÓN.

La reacción y el gran resultado obtenido debe hacer reflexionar a un equipo que no debe bajar los brazos aunque crea que el encuentro es fácil. Hoy ya nadie gana sin bajar del autocar. El Barça con intensidad es impresionante. Sin ella es otro mundo